“Es un milagro”, dicen los hermanos de Sinaloa perdonados en Malasia
CULIACÁN, Sinaloa (EFE).- Para los tres hermanos mexicanos González Villarreal, el tiempo en la cárcel en Malasia transcurría lentamente. Fuera de ella, todo sucede a velocidad vertiginosa; tanto, que este viernes estaban en ese país asiático y este sábado ya disfrutan de su familia y su hogar Culiacán, capital de Sinaloa.
Largos fueron los 11 años que estuvieron encarcelados en Malasia, donde fueron sentenciados a pena de muerte en 2012, por delitos contra la salud. Ahora, libres, tienen al tiempo de su lado.
"Para nosotros es un milagro porque realmente, como dicen mis hermanos, todo pasó muy rápido (en los últimos días)", dijo Luis González.
"No esperaba esto, pero (pensaba) en que iba a terminar positivamente, confiaba en eso pero no en un corto tiempo, no me lo esperaba y esto ha sido una sorpresa para mí", añadió.
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Luis, José Regino y Simón llegaron a casa de su madre, Carmen Villarreal, el viernes 10 de mayo, justo en Día de las Madres, lo que para la mujer fue el mejor regalo posible.
"No sé ni cómo explicar la alegría que siento. Ayer cuando llegaron nos abrazamos y me sentía muy a gusto", dijo Carmen.
"Pasaron 11 años (de no verlos). Hace mucho tiempo, cuando les dieron la pena de muerte y que les iban a quitar la vida, yo le estuve pidiendo a Dios que no les hicieran daño porque no lo merecían", agregó.
Este viernes, la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) informó que los hermanos habían sido repatriados desde Malasia tras haber recibido el perdón del sultán de Johor. Los mexicanos estaban detenidos desde 2008 y fueron sentenciados en 2012 por narcotráfico.
En septiembre de 2018, el sultán del Estado de Johor, Ibrahim Ismail Ibni Almarhum Sultan Iskandar Al-Haj, decidió otorgarles el perdón "como resultado de un largo proceso de trabajo e intenso diálogo", recordó la SRE.
"A veces pienso que estoy soñando", dijo José Regino.
"Gracias a Dios, todo salió bien y queremos agradecerle al sultán del Estado de Johor que nos haya dado la dicha de abrazar otra vez a mi madre", apuntó.
José Regino destacó el trabajo y la intervención en su caso del embajador mexicano en Malasia, Carlos Félix Corona, quien con su llegada dio "un giro de 180 grados, (pues) tomó las riendas del caso".
Mientras tanto, para Simón, la salida de este trance tiene que ser para mejorar su vida.
"Vamos a buscar trabajo, estábamos pensando en que si somos ladrilleros hay que seguir en eso y a lo que venga, pero ya trabajar bien y honradamente", reflexionó.
El 4 de marzo de 2008, los hermanos originarios de Sinaloa fueron detenidos en Johor por la Policía Real de Malasia.
En la operación de su captura, la brigada antinarcóticos de Malasia decomisó unos 29 kilos de metanfetaminas, valorados entonces en 15 millones de dólares.
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Mientras estuvieron presos en Malasia, la Cancillería mexicana les brindó asistencia y protección consular, apoyo legal, gestiones por su salud y para comunicación constante con familiares.
Tras de ser condenados en 2012, el gobierno mexicano manifestó que lamentaba la imposición de la pena de muerte y anunció que agotaría los recursos legales para que se revocara esa condena, como finalmente sucedió.
