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#Crónica | Los migrantes cruzan Puebla entre temores y muestras de apoyo

El paso de la caravana migrante por el estado estuvo marcado este domingo por versiones sobre la desaparición de dos camiones en Veracruz, así como por la ayuda y las donaciones de algunos ciudadanos.
dom 04 noviembre 2018 07:29 PM
Migrantes en Puebla
Camino. En su afán de avanzar hacia el norte, los migrantes se acomodan en las cajas de los vehículos cuyos choferes aceptan darles aventón.

PUEBLA, Puebla (ADNPolítico).- Eva Argentina Galdamez es madre soltera de tres niños y camina con ellos sobre el bulevar Hermanos Serdán, camino de Puebla a la Ciudad de México. En su paso, un automovilista se detiene, les regala dinero, un rollo de papel higiénico y unas palomitas de maíz que les den fuerza para el viaje.

“Si no logro cruzar a Estados Unidos con mis hijos, me quedo en México a trabajar”, dice la mujer de 30 años, originaria de Honduras.

Eva es parte del contingente de centroamericanos que entre la noche del sábado y la madrugada del domingo llegó a Puebla en su intento por llegar a la frontera norte y entrar a EU. En el bloque hay gente de Honduras, Guatemala, El Salvador y Nicaragua.

Como otros, desconoce que las autoridades del estado instalaron albergues para la caravana migrante. Mientras avanza, su hija mayor, Exli, de 12 años, le ayuda con los otros dos: Nahomi, de seis, y Josué, de nueve.

Al tiempo que ellos y otros camina por el bulevar y piden ride para llegar a la capital del país, en los albergues voluntarios se afanan para recibir y atender a los migrantes.

En el centro instalado en la iglesia de La Asunción, fray Juan reproduce películas para entretener a los niños mientras sus papás se dan un baño o hacen fila para recibir ropa donada.

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“Yo vine a ver en qué puedo ayudar y veo que puedo entretener a los niños desde mi celular”, dice el religioso antes de poner La vida secreta de las mascotas.

Albergue de migrantes en Puebla
Apoyo. Fray Juan fue uno de los religiosos que buscaron apoyar a los migrantes este domingo. En su caso, entretuvo con películas a los niños que viajaban con sua padres.

El sacerdote de esta parroquia, Gustavo Rodríguez Zárate, explica que hasta el mediodía de este domingo había 600 personas en este albergue, otras más en la iglesia de San Juan de los Lagos y otras en el polideportivo Xonacatepec.

Se espera que en los siguientes días lleguen a recibir hasta a 4,500 migrantes, entre los que habrá niños, mujeres embarazadas y adultos.

Lee: #CaravanaMigrante: 2,000 centroamericanos llegan a Puebla

“No se pueden quedar aquí”

En la calle, policías estatales detienen a los tráileres que ven pasar para tratar de convencer a los choferes de dar aventón a los migrantes.

No se pueden quedar aquí. Ya no hay albergues. Los que hay están llenos”, dice uno de los uniformados.

En los alrededores de la zona industrial Puebla 2000 también hay agentes del Instituto Nacional de Migración (INM), quienes amagan con revisar los papeles de las personas que busquen quedarse en la entidad.

Ante ese escenario, los migrantes se empeñan en encontrar transporte, ya sea viajando en la cabina o en las cajas de los vehículos.

“Hay desaparecidos”

En La Asunción, desde las primeras horas de este domingo corre la versión de que, en su paso por Veracruz, dos camiones con migrantes desaparecieron. Esto es desmentido por el gobernador Antonio Gali y por los encargados de la iglesia, aunque el temor prevalece entre los viajeros y los representantes de la ONU y de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) que documentan la travesía.

Sin embargo, no todo es tensión este domingo.

Christopher Reyes, un hondureño que vive desde los 12 años en Puebla, se casa este domingo con su novia, Gloria Velázquez, de México, en la misma parroquia de La Asunción que sirve como albergue.

Boda en Puebla
Ceremonia. Un hondureño que vive en México desde joven se casó este domingo con una mexicana, en una de las iglesias habilitadas como albergue para migrantes.

Lejos de enojarse, la pareja pasa a comprar pañales para regalar a quienes viajan con niños. Y ya en el lugar, la misa no se oficia dentro, sino en el pequeño atrio, debido a que las bancas y el piso están ocupados por los migrantes.

Otros invitados también acuden con ropa o agua para donar, y Gloria, la novia, decide arrojar el ramo ahí mismo, donde lo atrapa una migrante. Hoy, cuando el camino hacia la frontera con EU aún es muy largo, tal vez eso sea una buena señal.

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