Se instaló el Centro de Monitoreo Popocatépetl en la XXV Zona Militar, ubicada en el central estado de Puebla, el cual tiene como finalidad monitorear la actividad del volcán Popocatépetl las 24 horas del día tras su intensa actividad reciente.
Este Centro consta de cuatro cámaras ubicadas en puntos estratégicos como Juncos, Amecameca, Altzomoni, Tlamacas y Tianguismanalco, las cuales captan imágenes de la periferia del volcán y ayudan a conocer su comportamiento, a fin de actuar de manera inmediata en caso de emergencia.
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El Teniente Coronel, Víctor Cruz, compartió con EFE que las imágenes que se captan son en tiempo real, por esta razón se pueden tener datos y en caso de tener algún cambio en la intensidad se informaría de manera inmediata a Protección Civil Estatal y municipales para que puedan reaccionar.
“La XXV Zona Militar tiene contemplado un plan de operaciones Popocatépetl, en donde se tienen identificadas 10 rutas de evacuación, así como 205 refugios temporales que se pueden activar en caso de una contingencia mayor, puntos que son monitoreados en una pantalla especial y se puede actuar de manera adecuada”, explicó.
En este sentido, refirió que las autoridades federal y estatal serían las encargadas de subir o bajar la intensidad del semáforo volcánico, aunque se mantiene en “Amarillo Fase 2”.
Compartió que el Centro trabajará con cuatro elementos en turnos de 24 horas, en donde estarán pendientes de las cámaras y de la información que vayan arrojando.
Añadió que se analiza la actividad volcánica y se tiene comunicación con el Servicio Sismológico Nacional, debido a que un movimiento telúrico podría ocasionar cambios en la actividad del volcán, también llamado “Don Goyo”.
Cruz sostuvo que el primer paso a seguir en caso de actividad alta es la evacuación de ciudadanos, con la finalidad de resguardarlos en los refugios, donde serán atendidos por elementos militares hasta que la emergencia termine.
La actividad volcánica del Popocatépetl, ubicado entre Morelos y Puebla, no ha cesado en las últimas semanas; sin embargo, entre la noche del viernes y madrugada del sábado, presentó una serie de explosiones y la expulsión de material incandescente, provocando una lluvia de ceniza.
Este suceso ocasionó que las operaciones de vuelos en la capital mexicana en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) y el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA) se vieran afectadas durante casi seis horas, debido a la limpieza de pistas y calles de rodamiento que provocó este fenómeno.