Personal científico y técnico del Cenapred realizó un sobrevuelo el día de ayer 27 de enero para observar las condiciones morfológicas del volcán. En el monitoreo participó personal especializado del Instituto de Geofísica de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) con el apoyo de la Guardia Nacional, con la finalidad de salvaguardar la vida de la población aledaña al volcán.
A partir del sobrevuelo, el Cenapred informó que fue posible “determinar que las dimensiones del borde del cráter interior tienen un diámetro aproximado de 390 a 410 metros, lo que indica que no hay cambios importantes con respecto a lo observado en el sobrevuelo de febrero de 2022”.
“Sin embargo, se aprecia que el fondo se encuentra azolvado por los remanentes de los domos previos y material fino, lo que contribuye a que la profundidad sea ligeramente menor, siendo de 160 a 180 metros”, indicó.
Se pudo distinguir la presencia de un pequeño domo con un diámetro aproximado de 30 a 40 metros y una altura entre 5 y 10 metros, consistente con lo observado en las imágenes de satélite de ayer, agregó.
Las autoridades identificaron dos zonas de emisión de gases en el piso del cráter interno.
“Con base en los diferentes parámetros que se monitorean y la información obtenida durante el sobrevuelo, se espera que continúen emisiones de ceniza y explosiones similares a las observadas en semanas recientes”, dijo el Cenapred.
Actualmente autoridades tienen activo el nivel Amarillo Fase 2 del Semáforo de Alerta Volcánica.
El Cenapred reiteró enfáticamente la recomendación de no ascender al cráter del volcán toda vez que existe la posibilidad de que ocurran explosiones, como se ha visto en varias ocasiones en el pasado, que implican la emisión de fragmentos incandescentes y en caso de lluvias fuertes, alejarse de los fondos de barrancas por el peligro de flujos de lodo y escombro.