Se cumplen cinco meses de crisis de agua en NL: las protestas y presión crecen

Desde el 22 de marzo, la entidad ha implementado medidas ante la escasez de agua que padece. En estos cinco meses, ha pasado desde recortes hasta búsqueda de fugas.
La crisis de agua en Nuevo León se ha extendido por cinco meses... sin una pronta solución.

Fue precisamente el Día Mundial del Agua que el gobierno de Nuevo León implementó medidas para enfrentar la escasez de agua que vivía. En estos cinco meses desde aquel 22 de marzo, el gobernador Samuel García Sepúlveda ha enfrentado presiones por esta problemática que lo conduce a su primer gran reto, sin solución pronta.

Desde febrero, el gobierno de Nuevo León hizo la declaratoria de emergencia ante los niveles de agua en las principales presas de la entidad y hasta la fecha, la situación no ha mejorado sino por el contrario las protestas y preocupación se han incrementado.

El pasado 3 de febrero, se emitió una declaratoria de emergencia por el desabasto de agua en las presas Cerro Prieto y La Boca, lo que implicó la suspensión de todas las actividades que por su naturaleza ameriten el uso excesivo de agua y medidas para su cuidado, entre ellas el Plan Agua para Todos.

Esta estrategia de cortes escalonados empezó por secciones, luego extendió a los municipios hasta mantenerse todos los días con horarios definidos. Actualmente, en la zona metropolitana de Monterrey solo hay agua de las 4:00 a 10:00 horas.

Las medidas causaron descontento en la población, lo que llevó a protestas con la exigencia de agua, en tanto que en supermercados el líquido embotellado empezó a escasear al igual que el insumo potable.

Aunque desde noviembre de 2021 se había implementado la fase uno de las medidas para enfrentar el problema de agua, entre ellas la rehabilitación, incorporación y perforación de más de 100 pozos y la reparación de fugas, fue hasta este año que la crisis se incrementó.

Desde entonces, a la par de las protestas, se han incrementado las medidas, como la implementación de reductores de agua, la aplicación de multas a quienes desperdician el líquido, la distribución en pipas, así como el bombardeo de nubes para estimular las lluvias.

A largo plazo, de 2027 a 2050, se prevén otras medidas como contar con la Presa Vicente Guerrero, ubicada en Tamaulipas, con una dimensión tres veces más grande que El Cuchillo y que por su ubicación es viable llevar agua hacia Nuevo León; la construcción de una obra de toma sobre la corriente del Río Pánuco, la cual sería conducida por bombeo hasta Monterrey mediante un acueducto de 500 km, y la propuesta binacional que implicaría la construcción de una planta desaladora en Texas, que después se podría trasvasar hasta Nuevo León.

El gobernador, quien lleva apenas nueve meses al frente del gobierno de Nuevo León y, enfrenta el que sería su primer gran reto, aunque ha reconocido que la problemática se debe a su predecesor, Jaime Rodríguez Calderón. “No ha llovido en cuatro años, y 'el Bronco' (el exgobernador) se acabó las presas", afirmó el mandatario en una conferencia de prensa el pasado 8 de junio.

Si bien, la problemática se ha incrementado en la actual administración, también por efectos del cambio climático, no es exclusiva de la entidad ni García Sepúlveda, pero su solución sí requiere de acciones inmediatas y de colaboración intergubermantal, así como con el gobierno federal, quien se comprometió a apoyar con recursos para la construcción de La Presa Libertad.