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La salud de Miguel Barbosa levanta polémica rumbo a la elección en Puebla

Mientras Cárdenas y Jiménez Merino aumentan sus cuestionamientos sobre la salud del candidato de Morena y puntero en las encuestas, él insiste en que se encuentra fuerte para competir y gobernar.
lun 27 mayo 2019 05:00 AM
Miguel Barbosa
El candidato. En 2013, Barbosa sufrió una crisis de salud derivada de la diabetes que padece. Ese año, le amputaron un pie y desde entonces usa prótesis y en ocasiones bastón.

PUEBLA, Puebla (ADNPolítico).- Conforme se acerca el final de la campaña en Puebla y el día de la elección de gobernador, un tema se torna más recurrente en las declaraciones de los candidatos y genera polémica entre medios y ciudadanos: la salud de Miguel Barbosa, abanderado de la coalición Juntos Haremos Historia (Morena-PT-PVEM), puntero en las encuestas y, si los pronósticos se confirman, futuro titular del Ejecutivo estatal.

Durante casi todos sus actos públicos, el morenista ha asegurado que tiene buena salud tanto para ganar en las urnas el 2 de junio como para gobernar una entidad con más de 6 millones de habitantes. De triunfar en las votaciones, Barbosa asumiría el cargo el 1 de agosto para completar el periodo que inició la fallecida gobernadora panista Martha Erika Alonso (2018-2024).

En una entrevista con ADNPolítico publicada el 25 de febrero pasado, Barbosa dijo que no haría público un examen médico porque un documento de ese tipo “cada quien lo interpreta como quiere”.

“Las preguntas de buena fe sobre mi salud las contesto de buena fe. Estoy bien y tengo mi cuadro médico perfectamente cuidado. Lo demás (es) de mala fe. Son parte de una estrategia que no ha funcionado. Y les digo: tengo salud para competir, tengo salud para ganar y tengo salud para gobernar”, señaló entonces.

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Barbosa ha insistido en esa afirmación a lo largo de las últimas semanas, a raíz de los cuestionamientos de sus rivales —Enrique Cárdenas, de PAN, PRD y MC, y Alberto Jiménez Merino, del PRI— y de otras figuras públicas como el expresidente Vicente Fox. Barbosa es diabético y en 2013, cuando era senador, tuvo una crisis que obligó a que los médicos le amputaran un pie; desde esa época usa una prótesis y en ocasiones camina apoyado de un bastón.

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Hoy, no existe una disposición legal que obligue a los candidatos a cargos de elección popular a transparentar su estado de salud. Tres politólogos y una especialista en temas de transparencia coincidieron en que debe legislarse al respecto, aunque reconocieron que hacerlo sería muy difícil porque información de ese tipo es susceptible de ser usada por adversarios políticos.

“Siempre será un tema”

No es la primera vez que en una campaña en México se pone en duda el estado de salud de un candidato. Por ejemplo, ocurrió también en la elección presidencial de 2018, cuando los detractores de Andrés Manuel López Obrador cuestionaron si estaba en condiciones de gobernar el país, luego del infarto que sufrió en diciembre de 2013.

Conoce más: López Obrador es operado tras sufrir un infarto de miocardio en el DF

Para Juan Luis Hernández Avendaño, politólogo de la Universidad Iberoamericana, campus Puebla, se trata de un tema controversial que siempre estará presente en las contiendas y será complicado que haya cambios legales al respecto.

“Veo muy difícil que haya una legislación o una obligatoriedad de salud (...) se convierte en una debilidad electoral, por eso nadie lo va a hacer”, dijo.

Maribel Flores y Gustavo López, politólogos del Instituto Tecnológico de Monterrey, se expresaron en el mismo sentido y señalaron que, en el contexto actual, queda en el poder de cada aspirante decidir si es sincero o no con el electorado.

“Alguien que compite para un cargo público sí debe de ser sincero, porque al final de cuentas se elige a quien va a administrar los recursos de todos, a alguien que ya está generando expectativas. Los electores merecen saber si (una persona con salud) es quien tomará las decisiones de gobierno”, dijo López.

Flores fue más allá y consideró que, si bien es difícil que haya una reforma legal en la materia, los partidos sí podrían establecer en sus requisitos para aspirantes a cargos de elección el que estos les den a conocer su estado de salud.

“Transparentarlo (el expediente médico) debería ser algo natural”, subrayó.

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“Un análisis psicométrico sería útil”

Josefina Buxadé, especialista en temas de transparencia, difirió de los politólogos en torno a si debe o no legislarse para que sea obligatorio el que los candidatos den a conocer su estado de salud. Para la experta, se trata de información sensible que debe quedarse en el ámbito privado.

Sin embargo, consideró que lo que sí tendría que discutirse es la obligatoriedad de que los aspirantes a cargos públicos se sometan a un examen psicométrico. Esto, con la finalidad de saber si quienes quieren guiar el destino de un estado o incluso del país son emocionalmente estables.

“Un análisis psicométrico sería útil para conocer el estado emocional de los candidatos”, dijo la especialista, aunque reconoció que lograr algo así en el Poder Legislativo sería difícil.

Hoy, cuando la elección de gobernador está cada vez más cerca, lo cierto es que ni Barbosa ni Cárdenas ni Jiménez Merino están obligados a hacer público su estado de salud. Tampoco lo estará el eventual gobernador electo, quien tendrá en sus manos decidir si revela o no a la ciudadanía qué tan bien o mal se encuentra en este terreno.

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