A Salo, Marco y Dani sus amigos los recuerdan con amor... pero con miedo
“No sé quién va ganando, pero sé que México va perdiendo”, se lee en la imagen de una cinta de cine hecha un moño de luto que comparten en redes los amigos de Javier Salomón Aceves Gastélum, tras la versión que dio la Fiscalía de Jalisco sobre su asesinato.
En la Universidad de Medios Audiovisuales (CAAV) hay un moño negro en la entrada y tres coronas, dos de ellas tienen la leyenda: "Descansen en paz, porque en Jalisco no la hay".
Javier Salomón Aceves Gastélum, Marco Francisco García Ávalos, Jesús Daniel Díaz García, desaparecieron el 19 de marzo a manos de un grupo armado en Tonalá, Jalisco.
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El 23 de abril, la Fiscalía afirmó en rueda de prensa, sin haber concluido la investigación, que los jóvenes fueron asesinados y disueltos en ácido. Las autoridades dieron a conocer la información a los familiares el sábado 21 de abril, pero el público supo la versión oficial hasta el lunes, luego del debate presidencial.
“Sin saberlo, los estudiantes estuvieron en un lugar de grave riesgo, vigilado por una célula delictiva del Cártel Nueva Generación contraria al Cártel Nueva Plaza al que pertenecen Diego y El Cholo”, señaló la dependencia en un video.
Justo el día de la rueda de prensa, los alumnos del CAAV habían salido de vacaciones por un lapso de dos semanas.
Salo, 'barbarroja'
Salo, el “rojito bello”, “barbarroja”, cachanilla, tocaba la batería en Betray Me, una banda con influencias de Death Metal integrada en 2017. El resto de los integrantes prometieron dar lo mejor para que su “barbarroja” se sienta orgulloso.
Quedaron pendientes las clases de batería con Salo y el corto que harían los alumnos cuando pasaran a tercero de cine en la Universidad de Medios Audiovisuales (CAAV).
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“Se notaba en el cómo sostenías tu cámara, cómo dirigías, sobre ti había colores, una luz que resplandecía en tus ojos de tantas ideas e imaginación que tenías, tú nunca estabas en blanco”, recuerda su hermana Michelle.
“En cada frame, en cada toma, en cada postproducción, en cada acción siempre estarán ustedes presentes”, escribió en sus redes sociales un amigo de los estudiantes de cine.
La persona favorita de Michelle era un buen hijo, hermano, nieto y un estudiante apasionado que le mandaba sus videos escolares y de su banda.
“Nos sentimos enojados”
Tras la versión oficial de que los jóvenes desaparecidos fueron asesinados y posteriormente disueltos en ácido provocó sentimientos de impotencia, enojo y miedo.
“Nos sentimos enojados, muy tristes, buscando explicaciones de por qué a ellos, es injusto, no se vale que se los hayan llevado así y hayan regresado sin vida”, dijo Michelle en su cuenta de Facebook.
La conciencia del peligro que corres
La muerte de los tres jóvenes, que trascendió a nivel internacional, provocó que estudiantes y amigos de ellos cobraran conciencia del peligro que implica ser joven y vivir en México.
“Nadie de nosotros está exento a que nos pueda pasar algo, por lo tanto también vamos a exigir a las autoridades universitarias de los distintos centros universitarios aquí de Jalisco que también comiencen a trabajar porque es algo que ya rebasó al gobierno”, comentó Óscar Augusto Juárez Mora, dirigente de la sociedad de alumnos del Iteso, la universidad jesuita de Guadalajara.
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Advirtió que Jalisco es el tercer lugar con el mayor número de jóvenes desaparecidos.
“No estamos exentos y no podemos esperar a que sea uno de nosotros a los que les pueda pasar esto, esto no tiene que repetirse”, añadió el dirigente estudiantil.
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La zozobra de los jóvenes
“Me duele entrar a mis redes sociales y verte allí todo el tiempo, con esa noticia tan desgarrante. La injusticia en la que nos encontramos (…) Cómo olvidar cuando nos quedábamos a deshoras de la noche platicando en el parque... Cuando ibas por mí al trabajo y solamente recorríamos Tepic sin un destino fijo”, recordó Ana, amiga de Marco.
Ella compartió en sus redes que “la herida tarde o temprano sanara, pero ya uno no es el mismo”.
Dani era originario de Los Cabos, le gustaba jugar futbol. Cuando fue privado de su libertad usaba muletas porque tuvo una lesión.
“Les quitaron sus sueños. Lo único que les gusta hacer y se los quitaron. Me da una rabia y una tristeza que vivamos en un puto país donde es más importante qué fulano nos va a gobernar que saber dónde está la gente desaparecida y capturar al responsable”, se indignó un amigo de los tres jóvenes cineastas.
“¿Cuando me tocara a mí? ¿A mis primos? ¿A mis padres?”, se preguntaron en el muro de Javier Salomón, dedicado a su memoria.
“No lo sientes hasta que le pasa a alguien cerca de ti… No quiero volver a decir que una persona de buen corazón ‘estuvo en el lugar equivocado’”, dijeron los amigos de Salo.
