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#PueblaEnJuego: ¿dar paso a Morena o que continúe el morenovallismo?

El grupo de Rafael Moreno Valle apuesta por dos perfiles, en partidos distintos, para mantener su hegemonía. Según especialistas, si Morena capitaliza las simpatías por AMLO, podría derrotarlo.
dom 29 abril 2018 06:00 AM
Puebla
Puebla Los especialistas creen que la contienda electoral se dará entre Martha Erika Alonso y Luis Miguel Barbosa Huerta. (Foto: ADNPolítico)

El grupo del exgobernador Rafael Moreno Valle busca afianzar su hegemonía en Puebla el próximo 1 de julio. Pero en la renovación de la gubernatura también está en juego que Morena logre la segunda alternancia en el estado.

Politólogos coinciden en que, por tratarse de una elección concurrente, el arrastre de Andrés Manuel López Obrador a nivel nacional puede minar el poder que el morenovallismo detenta en esa entidad desde 2011, cuando Moreno Valle logró la primera alternancia tras 80 años de gobiernos priistas.

A diferencia de 2016, cuando se eligió gobernador por 22 meses, en 2018 el PRI compite en Puebla en el tercer lugar de las preferencias.

Los especialistas creen que la contienda electoral se dará entre Martha Erika Alonso, la apuesta morenovallista, y Luis Miguel Barbosa Huerta, impulsado por Morena.

“El PRI no es competitivo. Primero, porque no hay un arrastre a nivel nacional y porque el morenovallismo hizo socio al PRI en Puebla; no hay forma de ganar. Será Morena quien le disputará al morenovallismo: continuar o no con el proyecto político”, evalúa Juan Luis Hernández Avendaño, politólogo de la Universidad Iberoamericana Campus Puebla.

¿Qué inclinaría la balanza?

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Tanto para Hernández Avendaño como para Claudia Ramón Pérez, especialista en ciencias políticas en la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP), la diferencia entre ganar y perder la elección podría marcarla el ‘efecto López Obrador’.

Eso, siempre y cuando Morena logre organizar a nivel local la simpatía que existe hacia el presidenciable y sumar a quienes se decepcionaron de la primera alternancia.

“Morena es su principal problema para afianzar su hegemonía. Si fuera solo una elección local, sin duda que el morenovallismo ganaría sin problema, pero al ser una elección concurrente con la federal, eso hace competitivo a Morena. Aunque lleven a un candidato no del todo bien visto como Luis Miguel Barbosa”, agrega el politólogo de la Ibero.

¿Influirá que compita la esposa de Moreno Valle?

La coalición Por Puebla al Frente -conformada por PAN, PRD, Movimiento Ciudadano, Partido Social de Integración (PSI) y Compromiso por Puebla- lleva como candidata a la esposa del exgobernador Moreno Valle, Martha Erika Alonso. Este, según ambos entrevistados por ADN Político, es otro factor que puede marcar diferencia.

“La esposa de Rafael Moreno Valle refleja perfectamente eso: que la gente quiera o no que este grupo continúe en el poder. En ninguna parte del país han logrado imponer a las esposas”, advierte Hernández Avendaño.

“Se debe tomar en cuenta que todo partido que está en el poder conlleva un desgaste con la fama que se va dando. La imagen de Moreno Valle no abonará por la deuda, los problemas de inseguridad que dejó. La campaña de Martha Erika será exitosa en la medida en la que se deslinde de él”, anticipa Claudia Ramón.

Ambos consideran que la gestión del sucesor de Moreno Valle, Antonio Gali Fayad, no se puede evaluar por completo porque duró solo 22 meses, en los que los feminicidios y el robo de combustible han sido los principales problemas.

La última evaluación de México Opina, en febrero pasado, coloca a Gali Fayad en el 17º lugar de los 32 gobernadores, con una calificación de 37.2 en una escala de 0 al 100 en aprobación.

¿Qué implicaría una derrota del morenovallismo?

Para Moreno Valle, perder la gubernatura con Martha Erika Alonso como candidata implicaría que Miguel Barbosa cumpla lo que ha prometido hacer si resulta vencedor el 1 de julio: investigar el presunto desvío de recursos públicos en que incurrió el panista durante su administración.

Además, una derrota restaría posibilidades al ex gobernador de contender, por segunda ocasión, en la elección interna del PAN por la candidatura presidencial en 2024, pues en la elección de 2017 le ganó Ricardo Anaya Cortés.

Aun cuando su sexenio concluyó en enero de 2017, opositores como Morena y el PRI ven en Rafael Moreno Valle el principal enemigo político a vencer. Por eso han aludido a sus acciones para criticar la candidatura de Martha Erika, tales como:

  • Haber comprometido recursos de los siguientes ocho sexenios, al hipotecar el Impuesto Sobre Nómina (ISN) por los próximos 50 años para garantizar el pago de sus “grandes obras”, realizadas vía Proyecto de Prestación de Servicio (PPS), de Inversión (PI) y Asociaciones Público Privadas (APP), con grandes empresarios como la familia Hank Rohn.
  • Haber heredado deudas y pasivos por 23,097 millones de pesos, de acuerdo con el estado analítico publicado en la página del gobierno local. La deuda que Moreno Valle recibió del gobierno de Mario Marín Torres (2005-2011) ascendía 8,400 millones de pesos.

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Las alianzas que buscan afianzar la hegemonía

Para ganar, el grupo morenovallista se alió incluso con quienes en algún momento peleó. Por ejemplo, el panista tradicional Eduardo Rivera Pérez, quien compite por la alcaldía de Puebla.

En abril del 2017, diputados locales de su propio partido, cercanos a Moreno Valle, avalaron un proceso de inhabilitación por 12 años y una sanción por 25.5 millones de pesos por irregularidades detectadas en su cuenta pública 2013, cuando Rivera fue alcalde por primera vez en la capital de este estado.

En total, son cinco los que buscan relevar al gobernador Antonio Gali Fayad. Aparte de Martha Erika y Barbosa, están Enrique Doger Guerrero, del PRI; el notario público Alejandro Romero Carreto, que abandera a Nueva Alianza, así como Michel Chaín Carrillo, del Partido Verde.

La figura que los pevemistas eligieron también es un hombre vinculado a Moreno Valle. Trabajó en su administración como secretario de Competitividad, Trabajo y Desarrollo Económico (Secotrade) y, hasta diciembre del 2017, ocupaba el mismo cargo en la administración de Gali Fayad.

Los politólogos entrevistados interpretan su designación como uno de los acuerdos que ha conseguido el morenovallismo para ganar a toda costa el 1 de julio.

Huachicoleros, entre los retos a enfrentar

Uno de los principales problemas que aquejan a Puebla es el robo de combustible. Solo en 2017, la disputa por el control de este negocio dejó al menos 70 muertos, entre ellos cuatro militares, tres policías ministeriales, dos marinos y dos policías federales.

Datos de Pemex dan cuenta de que la estrategia que se implementó para combatirlos dejó resultados positivos. El número de ordeñas disminuyó en 5.8% de enero a diciembre, en comparación con el mismo periodo en 2016. En ese periodo pasó 1,533 a 1,443 ordeñas, principalmente en municipios que conforman el triángulo rojo (Tepeaca, Acajete, Quecholac, Acatzingo y Palmar de Bravo).

Lee: Morena baja a candidato ligado a 'huachicol' en Puebla.

Otra problemática que no da tregua y que va en aumento, pese a que las autoridades han endurecido las penas e implementado programas para prevenirlo, es el feminicidio.

En el primer año de gestión de Gali, la Fiscalía General del Estado reconoció 77 casos, la cifra más alta desde que se tipificó este delito, hace cinco años. Un año antes, en 2016, se registraron 59 casos.

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