Un voto histórico
Con la confianza que le daba haber sido la puntera de una elección histórica, Sheinbaum llegó a la casilla 3960, ubicada en la alcaldía Tlalpan para emitir su voto acompañada por su esposo, Jesús María Tarriba. Estuvo formada durante casi una hora para llenar las seis papeletas que le dieron, todas las marcó por su partido, salvó una: la de presidenta de la República.
Por ser un homenaje a su lucha o por hacerlo al estilo López Obrador, Sheinbaum no votó por ella en la elección para presidente de la República, lo hizo por la exdiputada federal Ifigenia Martínez.
Sin una casa de campaña, Sheinbaum tuvo dos cuartos de guerra: su casa en Tlalpan y en el hotel Hilton de la Ciudad de México. En el primero llegó a desayunar y se reunió con su equipo más cercano para mantenerse al tanto de la jornada electoral. Cerca de las 17:00 horas dejó su domicilio y a bordo de una camioneta se dirigió hacia la Alameda Central para ingresar al otro “war room” pero ya con una jornada electoral prácticamente finalizada. Entre los suyos, Sheinbaum recibió felicitaciones, se tomó fotografías, abrazó y celebró.
No tenía las cifras oficiales, pero sí encuestas de salida que le daban una victoria incuestionable. Delegó en su jefe de campaña y líder del partido, Mario Delgado, toda comunicación. “Estamos llevándonos carro completo en estas elecciones"; “Nuestras encuestas de salida nos dan una amplia ventaja sobre la candidata del PRIAN, muy amplia, 2 a 1 de diferencia”.
Apenas concluyó la jornada electoral, en la calle también los ánimos comenzaron a elevarse en la zona centro de la Ciudad de México. Sin conocer los resultados, automovilistas y motociclistas que circulaban por el Paseo de la Reforma comenzaron a sonar sus claxons y a ondear banderas con los nombres de Claudia Sheinbaum y Clara Clara Brugada.
Conforme avanzaba la noche, simpatizantes de Morena arribaron al hotel Hilton ubicado frente a la Alameda Central, sitio en el que la virtual ganadora de la contienda presidencial tenía su centro de operaciones para mostrar su apoyo.
Mediante aparatos de sonido, los asistentes al festejo previo organizaban porras y cánticos a favor de quien se convertirá en la próxima presidenta de la República. “¿Y dónde están y dónde están, esos Prianistas que nos iban a ganar?…” Coreaban centenares de personas al tiempo en que ondeaban banderas de México y de Morena.
Durante el festejo previo al zócalo, fueron repartidas réplicas de banda presidencial de cartón con el rostro de Claudia Sheinbaum que tenían la leyenda “llegamos todas” mismas que portaban todas las personas.
De las 21:00 a las 22:00 horas aumentó el número de simpatizantes de Claudia Sheinbaum, al grado que personal de la Secretaría de Seguridad Ciudadana decidió cerrar la circulación vehicular.
Conforme se acercaba la media noche bajaron un poco los ánimos, pues el Instituto Nacional Electoral no daba a conocer los resultados preliminares, pero en cuanto lo hizo, al filo de la medianoche, los simpatizantes estallaron de alegría, incluso algunos de inmediato comenzaron a entonar el himno nacional.
Entre todos los asistentes, se encontraban Roberto y Lucía, una pareja de personas de la tercera edad, habitantes de Ecatepec, Estado de México, a quienes no les importó permanecer varias horas de pie con tal de mostrar su apoyo a Claudia Sbneinbaum. ambos vestían una playera blanca con la leyenda: “Nacos, nacos, pero nos chingamos al PRIANRD”
Durante el festejo, se notó que poco a poco fue desplazado el nombre y figura del presidente López Obrador por Claudia Sheinbaum, lo que marcaba el inicio de una era que celebraron miles de mujeres tanto al exterior del hotel Hilton, como en el Zócalo de la Ciudad de México. la porra “Es un honor estar con Obrador” fue sustituida por “Es un honor, estar con Claudia, hoy”.