Federico Döring, coordinador del PAN en el Congreso capitalino, considera que la Universidad de la Salud nació como un proyecto noble para dar respuesta a un problema, sin embargo, no se le ha dado prioridad a la profesionalización y capacitación de médicos y enfermeros mexicanos.
“No tienen la garantía de acreditación en el mercado laboral, de que podrán incorporarse al sector público y difícilmente van a tener respaldo en el sector privado. Ojalá no suceda pero les puede pasar lo mismo que a los egresados de la Universidad (Autónoma) de la Ciudad de México que acuden en muchos casos con la ilusión de prepararse y desarrollarse profesionalmente y no siempre encuentran un reconocimiento laboral y académico porque el Gobierno le dio poca seriedad a estas instituciones.
“Ojalá no termine siendo este el caso, que prejuzguen su talento en función de una institución de la que no se tuvo buena imagen o prestigio académico”, indica el legislador.
Los estudiantes aún analizan junto a las autoridades del Gobierno capitalino el regreso a clases, pues si bien la anterior directora, Lilia Elena Monroy Ramírez de Arellano, presentó su renuncia efectiva a partir de este 30 de agosto, aún no se logran compromisos para dar respuesta al resto de las demandas, como la contratación suficiente de profesores.
María expresa estar preocupada por salir a campo y no tener las herramientas necesarias para poder desempeñarse profesionalmente.
“Está en juego mi vida, mi carrera profesional, el cómo me voy a desempeñar el día de mañana, cómo voy a ayudar a las personas que tengo que curar.
“Si esta universidad se encuentra bien cimentada sería un buen plan nacional pero si ahora esta se encuentra así y quieres abrir otra que va a tener las mismas deficiencias, no tiene sentido”, sostiene la alumna de Enfermería.
Nota: El nombre de los estudiantes entrevistados fue cambiado a petición propia.