“Hacemos lo que se puede y cuidarnos entre nosotros sin quitarnos el cubrebocas, por ejemplo; primero fuimos a comer para evitar el consumo aquí adentro (en el Zócalo). Es importante (el evento) para que los niños conozcan un poco sobre hechos históricos alrededor de Tenochtitlan”, comentó Victoria.
El espectáculo luminoso
En la plancha, los asistentes corrían y se empujaban para obtener un buen lugar, pero en el Antiguo Palacio del Ayuntamiento, sede de la Jefatura de Gobierno, el panorama fue distinto: ahí se colocaron sillas en los balcones para los invitados especiales, como empresarios y diplomáticos que contaron con servicio de cafetería.
Al caer la noche, se encendieron las luces alusivas a los 500 años de resistencia indígena, lo que causó expresiones de admiración. Los congregados no perdieron la oportunidad de sacar su teléfono celular para grabar video o tomar una selfie.
A las 20:30 horas en punto, las luces se apagaron en todo el Zócalo e inició el espectáculo “Memoria luminosa”. Las animaciones que se proyectaron hicieron alusión al origen mítico, el tránsito y el final de Tenochtitlan, considerada como una de las ciudades más importantes del continente.
Una de las proyecciones que más gustaron a los espectadores fue la serpiente emplumada que recorrió toda la maqueta monumental.
La función duró solo 15 minutos. Al finalizar, las luces se apagaron y hubo un pequeño silencio, interrumpido de inmediato por un grito de “¡Viva México!” que salió de entre la multitud y que fue correspondido con varios “Vivas” y aplausos.