CIUDAD DE MÉXICO (Expansión Política).- Un moño negro en la entrada de la Universidad del Pedregal confirma que uno de sus estudiantes no regresará.
La etapa de exámenes y trabajos finales, la posterior entrega de diplomas —prevista para el pasado jueves 6 de junio—, así como el viaje de graduación, se han visto interrumpidos por la tragedia.
Este lunes, la búsqueda de Norberto Ronquillo terminó en las primeras horas del día, cuando la Procuraduría General de Justicia de la Ciudad de México (PGJ-CDMX) informó que su cuerpo fue encontrado en un paraje de Xochimilco.
La semana pasada, el secuestro del joven de 22 años, estudiante de Mercadotecnia Internacional, dio pie al hashtag #NosFaltaNorberto.
Cerca del mediodía, amigos, familiares y compañeros de Norberto se reunieron en la explanada central de la universidad para despedirse del joven.
Algunos de los presentes se conocieron apenas durante las manifestaciones de la semana pasada para exigir la localización del estudiante, quien había sido visto por última vez cuando salió de clases la tarde del martes 4 de junio.
Unidos por la ausencia de Norberto, compartieran abrazos, recuerdos y lágrimas alrededor de su fotografía, colocada en el lugar para la misa que se realizó en su memoria.
“Cada uno de nosotros tiene dentro una pregunta a la cual no puede responder. Y se hace más violenta y fuerte en estos momentos: ¿qué sentido tiene la vida?”, dijo en su sermón el sacerdote Davide Tonini.
“El dolor que sentimos es por la partida de Norberto, pero también es el dolor que nace de esa pregunta”, señaló.
Con sus padres aún en el Instituto de Ciencias Forenses para la identificación de su hijo, la abuela de Norberto en silencio acarició la imagen de su nieto dibujando una cruz sobre la frente del chico.
Aarón Ronquillo se levantó para hablar por su hermano. Pese a sus ojos hinchados y larga cabellera, los asistentes notaron en el joven la semejanza con el rostro de Norberto.
“A pesar de que esta ciudad cuenta con mucha gente mala, también cuenta con gente con un corazón muy puro”, dijo Aarón.
“Mi familia estará eternamente agradecida con ustedes. Él está en un mejor lugar”, alcanzó a decir el joven, antes de que se le quebrara la voz.
Al tiempo que Aarón comenzó a llorar, el llanto de otras personas entre el público rompió el silencio de la ceremonia.
Amigos de Norberto también subieron al podio para compartir las bromas y cartas con las que él les provocaba una sonrisa, las memorias de sus viajes en auto y de sus salidas a conciertos.
Jen Rosenfeld, su novia, fue la última en dedicarle unas palabras.
“Nunca me voy a olvidar de ti. Te amo y te agradezco todo”, dijo la joven mirando al cielo.
A la misa realizada este lunes le seguirán otros dos días de luto en la universidad, donde las actividades se reanudarán hasta el jueves.
En tanto, y mientras las autoridades capitalinas investigan este crimen y tratan de dar con los secuestradores y asesinos de Norberto, será hasta julio cuando la familia del joven estudiante reciba el diploma que él ya no alcanzó a recoger.