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Claudia Sheinbaum, el Metro y la abyección

El servicio del Metro lleva años aquejando deficiencias numerosas y graves, pero su deterioro ha aumentado significativamente durante el gobierno de Claudia Sheinbaum.
mié 11 enero 2023 06:00 AM
Después de pruebas en las instalaciones eléctricas y las telecomunicaciones la línea 3 del metro fue reabierta en su totalidad,  reanudando el tramo que va de La Raza a Indios Verdes el cual se había mantenido cerrado por el accidente del pasado sábado.
CIUDAD DE MÉXICO, 10ENERO2022.- Después de pruebas en las instalaciones eléctricas y las telecomunicaciones la línea 3 del metro fue reabierta en su totalidad, reanudando el tramo que va de La Raza a Indios Verdes el cual se había mantenido cerrado por el accidente del pasado sábado. FOTO: MARIO JASSO/CUARTOSCURO.COM

El fin de semana pasado se produjo un choque en la Línea 3 del Metro de la Ciudad México. Una persona falleció en el accidente, 100 más quedaron heridas y el servicio, una vez más, sufrió interrupciones, lo que afecta a miles de usuarios que utilizan este sistema de transporte como medio para llegar a sus centros de estudio o de trabajo, o simplemente para moverse por la ciudad.

Los accidentes y las fallas son cada vez más comunes en el principal sistema de transporte de la ciudad. El servicio del Metro lleva años aquejando deficiencias numerosas y graves, pero su deterioro ha aumentado significativamente durante el gobierno de Claudia Sheinbaum.

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Además de las lesiones y las muertes que ha causado el abandono del Metro, otra de sus consecuencias es el miedo. Los usuarios ya no se pueden sentir seguros al utilizar este medio de transporte. No es una exageración decirlo.

Habrá quien me responda que la mayoría de los viajes son seguros: que los accidentes son excepciones y no la regla. Tendrían razón, pero aún así es natural que el temor, la angustia y la incertidumbre se apoderen de muchos usuarios debido al aumento de los percances y la falta de voluntad política para incrementar los recursos y los esfuerzos destinados al mantenimiento de la red y los trenes.

Hay más viajes “seguros” que “inseguros” en las combis que tanto se utilizan en la Ciudad y el Estado de México para transportar personas, pero aún así los asaltos recurrentes ocasionan miedo e incertidumbre en los usuarios. Con el Metro, aplica el mismo principio.

Los costos sociales de este miedo, esta angustia y esta inseguridad en los usuarios del Metro son complicados de medir, pero sin duda son enormes. Alrededor de 4.6 millones de personas utilizan este transporte diariamente. Muchas de ellas pasan más de cuatro o cinco horas al día en sus estaciones y sus vagones debido a la longitud de sus traslados y la saturación del servicio.

Es decir, probablemente decenas de miles de usuarios experimentan ansiedad y temor, a diario, durante estas largas horas, al realizar una actividad que más bien debería ser cotidiana y apacible: desplazarse por la ciudad que habitan.

Por todo ello, no sorprenden las feroces críticas contra la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, por las paupérrimas condiciones en las que se encuentra el Metro. Estas críticas provienen de diversos frentes: de los ciudadanos indignados, de los analistas (de distinto signo político) que la consideran irresponsable y, por supuesto, de los partidos de oposición, cuya función es precisamente ésa: encontrar los errores del gobierno en turno y aprovecharse de ellos para señalar su ineptitud, a fin de posicionarse como una alternativa viable para solucionar los problemas que afectan a los votantes.

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Las críticas contra Sheinbaum sorprenden todavía menos al considerar que la jefa de Gobierno se encontraba haciendo proselitismo a favor de su candidatura presidencial en otro estado del país mientras ocurría el choque. Leí un comentario en redes sociales que apuntaba que el accidente hubiese ocurrido aun con la gobernante en la ciudad, por lo que su presencia o ausencia no era importante.

Es cierto que el choque se hubiera producido de todas maneras, pero los hechos son muy ilustrativos de las prioridades de Sheinbaum: abundante dinero, grandes esfuerzos y mucho tiempo para su campaña; pero nulo interés en solucionar los problemas del Metro.

No obstante, lo que más indigna del comportamiento de Sheinbaum no es el desinterés, sino el desprecio, la incongruencia y la abyección, tanto de ella como de sus voceros en los medios y las redes sociales.

Desprecio por la inteligencia de los ciudadanos, a quienes lejos de darles explicaciones, les recetan sermones y acusaciones sobre cómo las quejas por el mal estado del Metro se deben al desconocimiento de quienes critican, o bien a una agenda política malévola de la derecha para tumbar su candidatura presidencial.

Incongruencia por ordenar los recortes más severos que ha sufrido el Metro en tiempos recientes pese a provenir de un partido cercano a ciertas izquierdas, y a pesar de haber competido por la Jefatura de Gobierno con una agenda progresista.

Abyección al pedir que “no se politice la tragedia”, pero ellos mismos politizarla al presentar la actuación del gobierno capitalino como loable tras el accidente. Abyección al tildar de impuros, fifís, malintencionados o conservadores a todos quienes critican el estado actual del Metro.

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Abyección al querer ser presidenta del país luego de abandonar a los capitalinos a su suerte. Abyección al abandonar la responsabilidad para la que fue elegida, a la mitad de su encargo, con tal de construir su candidatura presidencial a base de carretadas de dinero irregular, propaganda ilegal y victimizándose ante la tragedia humana.

La victoria electoral de Sheinbaum en 2024 representaría el triunfo de la abyección política en su máxima expresión, así como la destrucción de la poca decencia que queda en nuestra vida pública.

Nota del editor: Jacques Coste (Twitter: @jacquescoste94) es historiador y autor del libro 'Derechos humanos y política en México: La reforma constitucional de 2011 en perspectiva histórica' (Instituto Mora y Tirant Lo Blanch, 2022). También realiza actividades de consultoría en materia de análisis político. Las opiniones publicadas en esta columna pertenecen exclusivamente al autor.

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