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#ColumnaInvitada | Bases de apoyo de Morena: entre la abundancia y la escasez

En 2024 Morena ganará, muy probablemente, la elección presidencial. Pero no necesariamente la seguridad de su futuro.
lun 26 septiembre 2022 11:59 PM
morena
Las expectativas de múltiples triunfos electorales, así como el liderazgo y popularidad de Andrés Manuel López Obrador, son el adherente que mantiene aglomerados a los diferentes grupos en torno del partido del presidente, apunta Javier Rosiles Salas.

Morena es un partido nutrido por estructuras de ensamble. Ahí está su fuerza, y también el simiente de su irremediable decadencia. Vendrá un proceso de desagregación cuando el partido no le ofrezca lo sufuciente a dichas estructuras, que optarán por vigorizar a otras organizaciones políticas.

Las expectativas de múltiples triunfos electorales, así como el liderazgo y popularidad de Andrés Manuel López Obrador, son, por lo pronto, el adherente que mantiene aglomerados a los diferentes grupos en torno del partido del presidente.

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En 2024 Morena ganará, muy probablemente, la elección presidencial. Pero no necesariamente la seguridad de su futuro. Enfrenta una paradoja: los triunfos electorales contundentes fortalecen al partido como marca nacional, pero también a las estructuras locales, ésas que le son más leales a sus liderazgos regionales que al partido.

Se equivocan quienes pretenden analizar a Morena con categorías del pasado. Quienes piensan en modelos partidarios de antaño, como los de masas: fuertemente disciplinados, con aspiraciones a tener un gran número de militantes, con ofertas de campaña dirigidas a sectores perfectamente delimitados.

Lo relevante hoy no es la representación política --antaño una de las funciones esenciales de cualquier partido político--, sino la capacidad de movilización fundada en la posibilidad de convertirse en gobierno. Como nunca, para ganar en la liza electoral, la atención debe estar en el flujo de respaldo partidario.

¿Dónde se localizan las bases de apoyo de Morena? ¿Cuál es la capacidad de sus estructuras para movilizar votantes? Chiapas es, por mucho, el granero principal de apoyos al partido del presidente. De los siete congresistas distritales más votados en el proceso morenista realizado el 30 de julio, cinco provienen de ese estado.

En el distrito 7 (Tonalá), Zaynia Andrea Gil Vázquez alcanzó 8,221 votos. Le siguieron dos candidatos de Mexicali, Baja California. Pero los siguientes cuatro tuvieron la capacidad para movilizar a más de 6,000 ciudadanos para una elección interna en Chiapas: Sonia Eloina Hernández Aguilar (Tapachula, 7,352 votos), Carlos Molina Velasco (Bochil, 7,038 votos), Mariano Rosales Zuarth (Villaflores, 6,950 votos) y Ana María Zenteno Tovilla (Bochil, 6,817 votos).

Estos resultados son congruentes con lo ocurrido en el proceso de revocación de mandato que tuvo su jornada principal el pasado 10 de abril. Los resultados arrojan que las 16 casillas donde Morena tuvo una mayor capacidad de movilización justo se localizaron en los distritos de Bochil y Villaflores, además de Pichucalco. Todas ellas, salvo una, por cierto, ubicadas en zonas no urbanas.

Si se quiere ser más específico, se pueden rastrear los datos en las 57,449 casillas, dispuestas en un total de 6,651 secciones. El resultado es que las secciones que más apoyo brindan a Morena están en Chiapas y son: la 138 de Berriozabal; 627, 630, 631, 634 y 635 de Ixtapa; la 1048 de Pueblo Nuevo Solistahuaca; 1828, 1831, 1843 y 1850 de Villa de Corzo, así como la 1858 de Villaflores. Participaciones del 100%: todos los inscritos en la lista nominal de las referidas 16 casillas fueron a votar.

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Pero por otro lado, desde luego que se equivocan quienes creen ver un respaldo homogéneo, uniforme, hacia Morena a lo largo y ancho del país. En Tlaquepaque, Jalisco, Brenda Karina Villalobos García se convirtió en congresista nacional con tan sólo 13 votos. Le siguió Julián Castruita Sánchez y Gerardo Occelli Carranco, de la Ciudad de México, con 63 y 75 votos, respectivamente.

Los siguientes dos congresistas menos votados también residen en Jalisco, en Tlaquepaque: José Manuel Hernández Guevara (79 votos) y Jéssica Gutiérrez Calderón (82 votos).

Aguascalientes, Chihuahua, Coahuila, Guanajuato, Jalisco, Nuevo León y Querétaro son, claramente, los estados en donde las estructuras de Morena se mostraron más endebles en el proceso de elección de sus congresistas. Resultados que también son acordes con lo ocurrido durante el proceso de revocación de mandato.

En los distritos 1 (Santa Catarina), 4 (San Nicolás de los Garza), 6 (Monterrey) y 10 (Monterrey) de Nuevo León; 3 (Tepatitlán de Morelos), 6 (Zapopan), 8 (Guadalajara), 10 (Zapopan) y 13 (Tlaquepaque) de Jalisco, así como el 3 (León) de Guanajuato, miles de ciudadanos decidieron manifestarse en contra de la permanencia del presidente de la República, pese a los llamados --por cierto escuchados-- de la oposición a no manifestarse.

En diversos medios se ha dicho que los gobernadores resultaron beneficiados tras el Tercer Consejo Nacional de Morena. Destacan los casos de Claudia Sheinbaum (Ciudad de México) y también de Alfonso Durazo (Sonora). La primera porque logró colocar a afines en puestos importantes y el segundo porque fue nombrado presidente del Consejo Nacional.

Pero no todos los gobernadores tienen el mismo peso político. La capacidad de movilización cuenta y ahí el experredista Rutilio Escandón, de Chiapas, ha mostrado mucha ventaja. Un importante capital político se gesta hoy mismo en ese estado del sur del país. Un flujo que, por lo pronto, se encuentra alineado a Morena.

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Nota del editor: el autor es politólogo. Doctor en Procesos Políticos. Profesor e investigador en la UCEMICH. Especialista en partidos políticos, elecciones y política gubernamental.

Las opiniones de este artículo son responsabilidad única del autor.

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