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#ColumnaInvitada | El machismo también es pandemia

El gran confinamiento ocasionado por el COVID-19 visibilizó una pandemia más que asola los hogares: la violencia de género y el machismo.
mié 25 noviembre 2020 06:20 AM
Violencia contra las mujeres
Este 25 de noviembre es Día Contra la Violencia hacia las Mujeres.

Las mujeres en el mundo representamos el 49.5% de la población, prácticamente somos la mitad. En cuestiones de natalidad, podemos decir que la misma biología nos ha garantizado la paridad, curiosamente hasta la naturaleza ha respetado este precepto.

Todos los días, millones de manos femeninas mueven el mundo desde su trinchera, hay maestras, doctoras, enfermeras, legisladoras, amas de casa, vendedoras ambulantes, comerciantes, conductoras de transporte público, etcétera. No hay un rincón de la vida social donde las mujeres no tengamos una función importante. Somos tan valiosas como los hombres, al mismo nivel, algo tan sencillo como el derecho de todas y todos a ser tratados con respeto, pero que nos ha costado años para que sea entendido.

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Este 25 de octubre conmemoramos el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, una fecha en el calendario que no debería de existir, sin embargo, resulta necesaria ante las cifras de agresiones que hoy tenemos.

Estadísticamente, una de cada tres mujeres ha sufrido algún tipo de violencia física o sexual; y, en México, seis de cada diez mujeres han enfrentado un incidente de violencia.

El gran confinamiento ocasionado por el COVID-19 visibilizó una pandemia más que asola los hogares: la violencia de género y el machismo, situación que resulta contradictoria al discurso histórico que hemos venido escuchando “la mujer en su casa está segura”, aunque ya se comprobó que ni en casa, ni en la calle, somos respetadas.

Ninguna se salva, todas estamos expuestas a la violencia de algún tipo, simbólica, sexual, psicológica, obstétrica, laboral, política… Todas.

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De manera personal he denunciado ante la Fiscalía de Nayarit el acoso y hostigamiento sexual del que he sido víctima en al menos dos ocasiones, y hacerlo me hizo entender que en ocasiones, lo más difícil es acudir a denunciar, porque en nuestro sistema social está tan arraigado el machismo, que la mujer que denuncia, se expone al escrutinio público, y muchas entonces optan por callar, en muy pocos casos la justicia se hace presente.

A raíz de mi propia experiencia, es que en la Cámara de Diputados he respaldado fuertemente la agenda de género y he votado a favor de las iniciativas que buscan brindar a las mujeres más herramientas para vivir sin violencia. Soy además, promovente de la iniciativa “Castigo al Acoso Sexual Callejero”, que busca sancionar incluso con cárcel este tipo de agresión, mi propósito es lograr que en el Código Penal Federal se sancione esta práctica que muchos aseguran es “meramente cultural”, pero que diariamente priva a las mujeres de transitar tranquilas.

Soy una mujer más de las casi 64 millones que habitamos este país, y tan soy una más, que puedo considerarme parte de la estadística que contabiliza a las que han sufrido alguna agresión de género. Pero también me considero una mujer privilegiada, porque soy Diputada Federal y puedo alzar la voz por todas las demás, por las que no tuvieron una ley que las amparara, por las que desgraciadamente ya no están y por las mujeres que están por nacer, para que en un futuro tengan un país que les garantice una vida libre de violencia.

Es mi trabajo, mi obligación y mi mayor gusto.

Soy Geraldine Ponce, una mujer de 26 años que desde la Cámara de Diputados legisla y exige un alto a la violencia de género.

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Nota del editor: la autora es diputada federal de Morena por el estado de Nayarit.

Las opiniones de este artículo son responsabilidad única de la autora.

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