Gobierno para viejitos

Los grandes ganadores del gobierno de López Obrador no son los pobres, sino los adultos mayores. Los niños son los grandes perdedores.
Los adultos mayores han sido prioridad para López Obrador

El gobierno de López Obrador no tiene una clara dirección ideológica, pero sí un contundente beneficiario: los viejitos. La 4T va dirigida a los adultos mayores. Esto es visible en su presupuesto post-pandemia, su política energética y en sus programas sociales.

El costo de enfocar esfuerzos en los adultos mayores, en detrimento de la infancia, será ominoso para el futuro del país.

La evidencia de que México tiene un gobierno de adultos mayores (la mayoría del gabinete tiene más de 60 años) para adultos mayores es notoria en tres aspectos.

Primero, su presupuesto. Como han mostrado los excelentes análisis del CIEP, el gobierno de López Obrador ha propuesto gastar para el siguiente año la enorme cantidad de 87 mil pesos por cada pensionado –en su gran mayoría los pensionados son adultos mayores.

El gasto en adultos mayores es grande y creciente. El presupuesto 2021 observa un incremento del 6.6% en el presupuesto a pensiones contributivas y del 1.4% para las no contributivas. Con estos incrementos, las pensiones ya representan 20% de la totalidad del presupuesto público del próximo año. Las pensiones son gastos ya comprometidos e ineludibles.

En contraste, el presupuesto destinado a los niños sí es eludible y no esta comprometido. Cada alumno de educación básica, por ejemplo, contará en 2021 con un presupuesto de tan solo 21 mil pesos per cápita. Es decir, cada niño contará con menos de una cuarta parte de lo destinado a los pensionados. De hecho, el presupuesto total en educación no va a aumentar de 2020 a 2021.

Una segunda característica que evidencia el enfoque del gobierno de López Obrador en los adultos mayores es la política energética. La 4T está enfocada en explotar combustibles fósiles y no en energías limpias.

La política energética de la 4T equivale, de facto, a un fuerte impuesto para los niños porque son los mexicanos más jóvenes quienes, en un futuro, serán fuertemente afectados por el cambio climático. Lo que no se invierte hoy en proteger al medio ambiente es un costo para el futuro. La calidad de vida futura de los niños está siendo empeñada por los sueños petroleros de la 4T.

Más aún, los principales megaproyectos de la 4T no cuentan con estudios de impacto ambiental. La preocupación por su impacto de largo plazo es tal que, al menos una docena de organizaciones medioambientales han emitido comentarios, observaciones o denuncias a los proyectos. Entre las organizaciones quejosas se encuentra Green Peace, la Academia Mexicana del Impacto Ambiental, Derecho sin Fronteras, y Acción Ecológica, por mencionar algunas.

Finalmente, una tercera pieza que muestra el enfoque de la 4T en los adultos mayores son sus programas prioritarios. El programa prioritario con mayor presupuesto es la pensión para adultos mayores. Su gasto representa cuatro veces lo presupuestado para el programa de becas de nivel básico y 11 veces lo del programa “La escuela es nuestra”.

Los viejitos son mucho más prioritarios que la primera infancia. De hecho, todos los programas destinados a la atención de la primera infancia identificados por el CIEP tienen un presupuesto conjunto que equivale a tan solo el 13% del presupuesto de pensiones para adultos mayores.

El gobierno justifica esta distribución de los recursos diciendo que los apoyos para los adultos mayores se invierten en educación para los nietos. La justificación no es válida. La inversión debería hacerse de manera directa y no a través de los abuelos.

El gobierno federal debe dedicar más recursos a la primera infancia y a la educación básica. No hacerlo es una mala inversión y compromete el futuro de México. Es momento de mirar hacia el futuro. Ello requiere atender a los niños y no solo a los adultos mayores.

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