Publicidad

Síguenos en nuestras redes sociales:

Publicidad

#ColumnaInvitada | ¿Re-centralización o descentralización?

Re-centralizar el poder en la figura del presidente es un riesgo real ante el aún débil apropiamiento popular de los organismos autónomos; no solo sería regresivo, sino que resultaría anacrónico.
lun 29 junio 2020 06:30 AM
presidencialismo.jpg
La centralización del poder en la figura del presidente López Obrador se ha agudizado en el ejercicio de la administración.

Por una #SociedadHorizontal.

El presidente López Obrador aprovechó la polémica por el malogrado foro del Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred) para retomar su ataque sistemático contra los organismos autónomos, calificándolos, nuevamente, de “costosos” y “simuladores”. Aseguró que alrededor de “100 órganos autónomos podrían desaparecer” para generar “ahorros”.

Publicidad

El episodio en Conapred sintetizó el drama que hoy vivimos. Tenemos un gobierno que prefiere desaparecer aquello que desconoce, no entiende o le estorba y que está basado en la visión de una sola persona. La insistencia de desaparecer a los organismos autónomos no es un asunto de economizar recursos, sino de la manera en la que AMLO concibe el poder presidencial y el modelo re-centralizador que éste tiene en mente para el país. Por eso también preocupa su posterior crítica sobre la utilidad del INE y la advertencia de que el “se va a convertir en guardián” de las elecciones.

En su célebre ensayo “El Presidencialismo Mexicano”, Jorge Carpizo condensó la esencia de lo que fue el régimen posrevolucionario. El presidente de la República centralizó el poder, como columna vertebral: organizaba las elecciones o regulaba los medios de comunicación a través de la Segob, manejaba la política monetaria mediante el Banco Central o vigilaba la competencia y los monopolios a través de la Secretaría de Economía. A la vez, era el jefe del partido de Estado.

A finales del siglo XX, nuevos procesos sociales dieron paso a la transición democrática y con ella a la competencia electoral. Restarle “poder” al presidente fue parte de ese proceso, cuyo episodio estelar fue la creación del Instituto Federal Electoral que despojó a la Segob de la facultad de organizar las elecciones.

La creación de órganos autónomos no fue un mero capricho, sino la vía institucional para descentralizar el poder del viejo régimen –centralizado en una sola persona– hacia otras instancias, para permitir la participación con mayores libertades a partidos políticos, actores sociales y representantes económicos. Este nuevo andamiaje con más jugadores también trajo consigo una nueva –aunque aún incompleta– distribución de pesos y contrapesos.

Publicidad

Por supuesto que en esa transición hubo excesos y carencias. Salvo el INE, muchos de esos organismos no lograron arraigarse en el sentir popular como instrumentos que les fueran cercanos. Por esa razón, mas que destruirlas, se requiere que una amplísima mayoría de los mexicanos –no solo algunos– participen en su evolución y las hagan parte de su vida cotidiana.

Pretender re-centralizar el poder en la figura del presidente es un riesgo real ante el aún débil apropiamiento popular de los organismos autónomos. Esto no solo sería regresivo, sino que resultaría anacrónico respecto a la forma en la que hoy se agrupan y actúan cada vez más los habitantes del país. La #SociedadHorizontal que ha empezado a nacer, es descentralizada por naturaleza. Sus capacidades derivan de la posibilidad de informarse, comunicarse y organizarse sin requerir de jerarquías verticales para ello.

Hoy que pareciera que AMLO busca ajustar el rumbo del país a su visión exclusiva, debemos recordar que la fortaleza de las instituciones depende del arraigo que éstas tienen en la base de la sociedad. Por ello es fundamental que quienes valoran la existencia de los organismos autónomos, se articulen y defiendan lo que se ha logrado gracias a estos organismos y a la propia transición democrática que les dio origen.

_____________________

Nota del editor: El autor es abogado y economista, fue diputado federal, senador de la República y aspirante a una candidatura independiente a la Presidencia.

Las opiniones de este artículo son responsabilidad única del autor.

Publicidad

MGID Recomienda

Newsletter

Los hechos que a la sociedad mexicana nos interesan.

Publicidad

Publicidad