#ColumnaInvitada | ¿Por qué es importante legislar en tiempos del COVID-19?

Para estar a la altura histórica actual, el Congreso federal tanto como los Congresos locales debemos pronunciarnos en favor de legislar durante la pandemia, asegura la diputada Martha Avila.
Congreso de la CDMX en una sesión antes de la jornada de sana distancia.

A lo largo de la historia, los desastres naturales y pandemias han puesto en riesgo a diferentes naciones, demostrando su capacidad de respuesta. Adoptar medidas que garanticen la recuperación y la restitución de las condiciones de vida preexistentes, se vuelve una labor mucho más sencilla cuando los gobiernos actúan con prontitud y unidad.

Hoy, el COVID-19 nos está dando una gran lección. Las diferencias políticas, sociales y económicas se reducen ante la cúspide de contagios y las lamentables defunciones, esta situación nos permite reflexionar en cómo contribuir para contrarrestar los efectos de la propagación y actuar con la templanza necesaria para aminorar el impacto de la pandemia.

El Poder Legislativo tiene la idoneidad constitucional y legal de emitir los elementos normativos para hacer frente al coronavirus y advertir los escenarios a futuro.

Legislar es crear el derecho, una ciencia social viva, latente y cambiante para atender la realidad y los problemas que se generan con las relaciones humanas.

A las diputadas y los diputados nos corresponde dar vida jurídica a los instrumentos parlamentarios que contribuyan a aminorar los daños que la contingencia sanitaria está dejando a su paso, especialmente en las esferas más vulnerables y desprotegidas de la sociedad.

Para estar a la altura histórica que este reto nos impone, el Congreso federal tanto como los Congresos locales debemos pronunciarnos en favor de legislar durante la pandemia, adaptándonos a nuevas formas de trabajo y utilizando todos los mecanismos tecnológicos a nuestro alcance.

Es por ello que, a inicios de abril, el Grupo Parlamentario de Morena participó en la primera modalidad de Congreso virtual, que de manera emergente permitió que las diputadas y los diputados que se encontraban dentro del cuadro de personas en riesgo y no pudieran asistir al Pleno, no interrumpieran las funciones legislativas, fundamentales para el desarrollo social.

El resultado fue la aprobación de la reforma al artículo 4º de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, en materia de Bienestar, con la cual, a nivel nacional, se ratificó el más alto nivel de protección de los derechos básicos e indispensables.

Garantizando así, el derecho a la protección de la salud mediante el Sistema de Salud para el Bienestar, en beneficio de 40 millones de mexicanas y mexicanos que no cuentan con acceso a la seguridad social.

Gracias al voto de 22 congresos, las acciones y programas sociales contarán con un presupuesto garantizado en la Constitución que permita la equidad en el derecho a la educación de las y los estudiantes pertenecientes a familias pobres, la entrega de apoyos económicos a grupos de personas que históricamente han sido discriminadas: las personas con incapacidad permanente, las personas en condiciones de pobreza, las adultas y adultos mayores, las personas indígenas y afromexicanas.

Con lo que quedó claro que debemos de adecuar los ordenamientos que rigen la vida interna de los congresos, a efecto de darle certeza jurídica a la utilización de medios alternativos que nos permitan legislar incluso a distancia.

Hemos avanzado con la reglamentación de las sesiones virtuales de la Junta de Coordinación Política, y el acuerdo para la celebración de reuniones de trabajo virtuales de las Comisiones y Comités. Esto no hubiera sido posible sin la colaboración de todas las fuerzas políticas del Congreso.

Nos queda claro que la I Legislatura del Congreso de la Ciudad de México será la precursora en crear nuevas formas en el quehacer legislativo para asegurarle a la sociedad que sus voces serán expresadas en la toma decisiones.

El siguiente paso es impulsar una iniciativa que, de manera responsable y creativa, expanda el territorio de la interpretación jurídica, los acuerdos e instrumentos internos para reformar el Reglamento y Ley Orgánica del Congreso, dotando de un marco normativo a las sesiones virtuales para que el poder Legislativo continúe siendo garante de los derechos humanos, sociales y económicos de las y los capitalinos. Los derechos le pertenecen a la gente.

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Twitter: @MarthaSoledadv2

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Nota del editor: la autora es coordinadora del Grupo Parlamentario de MORENA en la I Legislatura del Congreso de la Ciudad de México y diputada por el distrito 28 en Iztapalapa.

Las opiniones de este artículo son responsabilidad única de la autora.