La Zona Metropolitana y el Valle de México (ZMVM) atraviesan la Fase 1 de la contingencia ambiental atmosférica por ozono. Grosso modo, esto quiere decir que la calidad del aire es mala debido a la contaminación.
Generalmente, luego de un par de días, la calidad del aire mejora y la Comisión Ambiental de la Megalópolis (CAMe) retira la contingencia. Sin embargo, existe la posibilidad de que está que avance a una Fase 2.
En 1982 se diseñó el Índice Metropolitano de la Calidad del Aire (IMECA), el cual informa el estado de la calidad del aire y cuáles podrían ser sus efectos en la salud.
Su fundamento es el Pollutant Standard Index o PSI de Estados Unidos y las normas de protección a la salud vigentes. Se calcula para cinco de los contaminantes criterio: dióxido de azufre, monóxido de carbono, dióxido de nitrógeno, ozono y partículas en el aire que se miden en partes por millón (PM10). También se hace seguimiento de elementos como polvo, cenizas, metal, hollín, cemento y polen dispersas en la atmósfera (PM2.5).
La medida de calidad del aire se representa con una escala que va de 0 a 500, donde el valor de 100 se asigna a lo indicado por la Norma Oficial Mexicana para cada contaminante. Un valor menor a 100 se considera satisfactorio y con un bajo riesgo para la salud. Cualquier nivel superior a 100 implica algún riesgo para la salud. Es decir, que entre más grande es el valor del índice, mayor es la contaminación y el riesgo.
En la ZMVM, hay tres fases: preventiva, 1 y 2. En el primer caso se activa cuando se alcanzan los 135 puntos de ozono, PM10 y PM2.5. Avanza a Fase 1 si los puntos de ozono llegan a 150.
La Fase 2 se alcanza cuando se superan los 200 puntos de ozono o más de 200 puntos de PM10 o PM5. También está la Fase 2 combinada, que sucede cuando se tengan 150 puntos de ozono y 140 puntos de PM2.5 o 140 puntos de ozono y 150 puntos de PM2.5.
Si esto llega a suceder, se suspenden las siguientes actividades:
De acuerdo con la Secretaría de Medio Ambiente (Sedema), las contingencias ambientales por ozono están estrechamente relacionadas con las condiciones metereológicas, pues factores como las altas temperaturas y viento débil propician el estancamiento de los contaminantes precursores del ozono.
La temporada de ozono se desarrolla entre febrero y junio, cuando se registran altas temperaturas y poca nubosidad, además de vientos débiles.
