#MeToo, ¿"hoguera" o escaparate?: reflexiones sobre el movimiento

El resurgimiento de #MeToo ha cimbrado a la opinión pública en México y ha llevado a que el presidente Andrés Manuel López Obrador y su gobierno se pronuncien respecto a este movimiento que ha dado voz a mujeres que presuntamente fueron víctimas de algún tipo de violencia sexual.

El presidente López Obrador reconoció en su conferencia matutina que era un asunto delicado y sostuvo que en estas denuncias se debe salvaguardar la dignidad de las personas, tanto del que acusa como del acusado. Pese a ello, consideró que no se puede ocultar nada.

En tanto, el Inmujeres –a cargo de Nadine Gasman– difundió un comunicado en el que pidió “cero tolerancia al acoso", pero en el que también llamó a “respetar la presunción de inocencia y el debido proceso”.

En las últimas semanas se han presentado cientos de denuncias contra hombres de distintos sectores, entre ellos el fundador de Botellita de Jerez, Armando Vega Gil, quien se suicidó tras una acusación de supuesto acoso. Esto ha llevado a un debate sobre si quienes difunden estos testimonios deberían de verificar la información.

Estas son algunas posturas y reflexiones sobre este movimiento.

La antropóloga y activista Marta Lamas ha referido que las denuncias anónimas debilitan el movimiento en México y “dan cabida a venganzas y resentimientos”.

"Me preocupan las denuncias anónimas, no porque piense que todas son falsas, pero sí pienso que dan cabida a venganzas y resentimientos y que pueden incidir de manera negativa", expuso Lamas en entrevista con Carmen Aristegui este martes.

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Este miércoles, en el noticiario Despierta con Loret, Marta Lamas agregó que este tipo de señalamientos podrían tener complicaciones legales, aunque reconoció que en algunos casos era la única vía para hacerlo.

Lamas dijo que el problema con los anonimatos "tiene que ver con que hay un logro civilizatorio, que es la presunción de inocencia. Hay muchas maneras de acusar. Creo que hay situaciones en las que no se puede hacer de otra manera, pero también tiene consecuencias negativas hacerlo (así)".

La periodista Blanche Petric compartió en el diario La Jornada y en redes sociales su postura respecto al movimiento, que ella calificó como una "hoguera fuera de control".

"El movimiento #MeToo me perturbó. Primero me cautivó, me emocionó (...) Encontré entre las narrativas dolorosas y los rasgos de vidas lastimadas por el abuso líneas valientes, reacciones de solidaridad, relatos indignantes y expresiones liberadoras. Y también muchos textos incongruentes, palabras que no tenían el timbre de la sinceridad, relatos que confundían maltrato laboral con abuso sexual", escribió.

Blanche Petric planteó que a su parecer "muchas veces se confundían torpes e indeseados intentos de seducción con acoso, relaciones de pareja tóxicas con violaciones" y consideró que "hubo denuncias con sabor a mentira, a exageración, a morbo, a revancha. A ratos #MeToo parecía un tribunal sumario, histérico, acrítico".

Al final de su reflexión la periodista cuestionó la manera en que el #MeToo filtró y verificó los mensajes de las denunciates para evitar que testimonios de buena fe se "contaminaran con los linchamientos y los falsos relatos".

En su cuenta de Twitter, la periodista y escritora Lydia Cacho lamentó la muerte del músico Armando Vega-Gil –quien fue señalado en la cuenta #MeTooMúsicosMexicanos– e hizo un llamado a no polarizar ni atacar al movimiento.

"Armando no me buscó cuando apareció la denuncia. Le habría respondido lo que les he dicho a todos mis amigos y conocidos: Revisa tu propia historia, reconoce las violencias ejercidas ,pide perdón y, si es delito, asúmelo", escribió.

Lydia Cacho dijo que nadie aporta absolutamente nada, intentando polarizar. "Si algo hizo Armando fue buscar diálogo. Lean bien su tuit. Para honrarlo habrá que honrar su palabra, no atacar a MeToo".

En su cuenta de Twitter, la escritora Elena Poniatowska cuestionó el anonimato de las acusaciones y consideró que el #Me too "ha llegado demasiado lejos".

Asimismo, refirió que el suicidio del guitarrista de Botellita de Jerez demuestra los dichos de la senadora Jesusa Rodríguez: "todos somos animalitos".

La periodista y directora de Notimex, Sanjuana Martínez lanzó un “¡basta ya!” a la cuenta #MeTooMúsicosMexicanos tras el suicidio de Vega-Gil, quien, dijo, fue víctima de un “linchamiento mediático”.

Martínez consideró que debe replantearse el movimiento #MeToo en México, pues el anonimato en denuncias de este tipo es inaceptable.

Luego de las críticas y el debate que se abrieron en torno al manejo de las denuncias, y a raíz del suicidio de Gil-Vega, el movimiento anunció que cerraría la cuenta #MeTooMúsicosMexicanos.

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“Lamentamos los daños y perjuicios ocasionados al feminismo (…) Lamentamos profundamente el suicidio de Armando Vega-Gil. Nuestras reacción inicial no fue la adecuada y, por ello, extendemos una disculpa honesta”, anunció la cuenta en un comunicado.

Agregó que, para la memoría", se enlistarían a los músicos que músicos que más fueron denunciados (17 en total). El anuncio se dio esta mañana, sin embargo, la cuenta sigue activa.