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De abrazos y no balazos a captura de capos: AMLO da viraje a estrategia

Expertos en seguridad advierten que por presiones del gobierno de Estados Unidos, la estrategia de seguridad del presidente ha cambiado y muestra de ello son detenciones como la de Caro Quintero.
mié 24 agosto 2022 11:59 PM
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De acuerdo con especialistas en seguridad pública, el gobierno de Estados Unidos está presionando a la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador para capturar a capos del crimen organizado.

La estrategia de seguridad del presidente Andrés Manuel López Obrador ya dio un viraje y no lo hizo ante la demanda ciudadana de entrega de resultados para pacificar al país, sino por presión de Estados Unidos y su interés en debilitar a las organizaciones criminales, advierten especialistas en seguridad pública.

Desde el inicio de su administración y hasta hace algunos meses, la prioridad para el gobierno de López Obrador no era la captura de generadores de violencia o líderes del cárteles; sin embargo, las detenciones de Rafael Caro Quintero, el operativo para capturar a dos jefes del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), la extradición de Juan Gerardo “N”, alías “El Huevo”, o la del líder del Cártel del Noreste son algunos ejemplos del cambio en la estrategia de seguridad del actual gobierno mexicano.

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Especialistas en seguridad consultados por Expansión Política explican que desde hace un tiempo, al gobierno de México se le ha visto “muy activo” con detenciones, lo que se explica por una presión del gobierno de Joe Biden, el cual está interesado en debilitar organizaciones a las que culpa del tráfico de fentanilo, una sustancia que tiene en alerta a esa nación por las más de 100,000 muertes que ocasiona al año.

El experto en temas de seguridad Daniel Gómez-Tagle considera que el cambio en la estrategia de seguridad ha sido más evidente desde la última visita del presidente Andrés Manuel López Obrador a Estados Unidos en julio pasado.

“Es interesante ver el momento en que se da este cambio de timón porque es justo cuando el presidente va a Estados Unidos. En el lenguaje político internacional podemos ver el desprecio del presidente Biden que tiene para darle las atenciones protocolarias de jefe de Estado al presidente mexicano, lo trata como un asunto de relaciones internacionales muy, muy, simple y después de la reunión con la vicepresidenta Kamala Harris es que se da este cambio de estrategia”, explica.

De ese viaje, el presidente de México regresó con más compromisos por asumir que promesas de parte de Estados Unidos. El gobierno mexicano se comprometió a invertir 1,500 millones de dólares en infraestructura fronteriza hasta 2024, con el objetivo de incrementar la seguridad. También ambos presidentes se acordaron combatir el trasiego de fentanilo, el ingreso ilegal de armas, así como el tráfico de personas.

“En la narrativa, el presidente no lo acepta, pero en los hechos la estrategia está cambiando. Y está cambiando muy a su pesar, no de agrado, sino por presión de Estados Unidos, ante la coyuntura electoral que se avecina en ese país y de la necesidad que tiene el presidente Joe Biden de presentar en bandeja las cabezas de narcotraficantes de alto perfil mexicanos al electorado en Estados Unidos”, afirma David Saucedo, especialista en seguridad pública.

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Un ejemplo concreto es que días después de la visita de López Obrador a Estados Unidos se dio la captura de Rafael Caro Quintero, lo que fue leído en México como un “acuerdo” entre Biden y López Obrador. Lo anterior sin que ello significara una colaboración para su localización, sí significó una respuesta a una petición de EU.

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Elementos de la Marina y la Fiscalía General de la República detuvieron este viernes en Sinaloa, al capo más buscado por la DEA, por el asesinato del agente estadounidense Enrique 'Kiki' Camarena cometido en 1985.

La detención del hombre conocido como “narco de narcos” no fue la única que se dio en el marco de una visita de un funcionario estadounidense a México.

En marzo de este año, elementos de las Fuerzas Armadas detuvieron a Juan Gerardo Treviño, alias 'El Huevo', líder del Cártel del Noroeste. La captura se dio en el marco de la visita de Alejandro Mayorkas, secretario de Seguridad de Estados Unidos a México

Para Gómez-Tagle, Estados Unidos está influyendo en la política de seguridad de México, y advierte que los acuerdos que deben preocupar son aquellos que se toman de forma discrecional.

“No importaría si nos gusta o no la estrategia de seguridad de nuestro presidente, sino el hecho de que nuestro presidente no controla su estrategia, sino lo hace cuando Estados Unidos lo presiona… Lo que hay que ver es hasta dónde Estados Unidos mueve sus intereses a través de información porque puede darse la información de manera pública o privada, pero la que nos debe preocupar mucho es la privada porque la manipulación de las personas que están a cargo de la seguridad pública nos impacta a todos y si esas personas terminan siendo presionadas por la política internacional, eso es grave para nuestro desarrollo a largo plazo”, refiere.

Gran parte del gobierno del presidente López Obrador fundamentó su estrategia de seguridad en atender las causas que generan la violencia.

“¿Ustedes creen que sólo deteniendo a capos se va a resolver el problema? No. Claro que, si los encontramos, los detenemos, pero el propósito es atender las causas y un propósito es quitarles a los jóvenes, esa es la batalla, dejarlos sin ejército de reserva, quitarles a los jóvenes”, planteó el 24 de septiembre del año pasado.

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Sin embargo, este año ha apuntado contra la cabeza de estructuras criminales y así muestra de ello fue el operativo para detener a Ricardo Ruiz, alías “RR” y Gerardo González “El Apá”, dos presuntos mandos del Cártel Jalisco Nueva Generación.

“La estrategia de abrazos no balazos incluía un componente fundamental: la no captura de integrantes de alto perfil de los cárteles de la droga, pero si estamos hablando de un intento de captura en Jalisco y Guanajuato del número dos y el número tres de la estructura del Cártel Jalisco Nueva Generación hay un viraje en la política. La captura de Rafael Caro Quintero y su posible extradición también es un cambio de esta estrategia”, agrega Saucedo.

Para Víctor Hernández, coordinador del diplomado en Seguridad Nacional de la Ibero Puebla y miembro del Centro de Análisis e Investigación sobre Paz, Seguridad y Desarrollo Olof Palme y de la Red Nacional de Inteligencia, la captura de líderes de organizaciones es una estrategia que en lugar de pacificar, suele generar más violencia.

“Lo único que se logra es desacomodar el mundo criminal y provocar represalias, peleas entre ellos, que acaban afectando a la población. Un buen operativo no es para detener a los capos, debe ser para arrestar a 100, 150 personas como son sus sicarios, narcomenudistas y eso requiere trabajo de inteligencia”, sostiene.

El presunto intento de captura de “El Doble R” y “El Apá” generó una jornada de violencia en Jalisco y Guanajuato a principios de agosto. Bloqueos de carreteras, vehículos quemados, establecimientos incendiados ciudadanos despojados de sus automóviles fueron algunas de las postales que se vieron en esos estados.

Sin embargo, ante el rumor de las capturas, el secretario de la Defensa afirmó que éstas no se concretaron.

También Colima se vio bajo fuego hace algunos días luego de que en la Ciudad de México se detuvo a José Bernabé “N”, alías ‘La Vaca’, uno de los principales generadores de violencia en ese estado.

Colima bajo fuego tras la detención de 'La Vaca'

Cada jueves, ya como una sección fija en la conferencia matutina de presidente López Obrador, Ricardo Mejía, subsecretario de Seguridad Pública, presenta el reporte Cero Impunidad, donde relata una a una las detenciones que realizan las fuerzas de seguridad de generadores de violencia, un objetivo no tan prioritario para esta administración al arranque del sexenio.

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