El PAN, el PRI y el PRD sufren una debacle electoral

Elvia Cruz

El PAN, en alianza con el PRD y con MC, se perfila a quedarse con 22.49% de la votación de la elección presidencial, según los datos hasta ahora disponibles. Dicho porcentaje es el más bajo que Acción Nacional ha conseguido en 18 años.

Durante la contienda del año 2000, cuando el PAN ganó la Presidencia de la República con Vicente Fox Quesada y logró que por primera vez se diera la alternancia en México, el partido obtuvo 42.52% de los sufragios, entonces aliado con el PVEM.

Lo anterior significa que, en comparación con aquellos comicios, en estos —en los que Ricardo Anaya fue su abanderado— el PAN consiguió 20 puntos menos de la votación total.

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Más aún, el declive de Acción Nacional ha sido una constante. De la gloria del 2000 —cuando la candidatura de Fox terminó con 70 años de gobiernos priistas—, en 2006, si bien logró retener la presidencia con Felipe Calderón, lo hizo con 35.89% de las boletas y apenas 0.58% arriba del segundo lugar, el entonces perredista Andrés Manuel López Obrador.

Para el 2012, el PAN no solo perdió el Poder Ejecutivo federal ante el PRI, sino que también quedó en el tercer lugar de la contienda con 25.39% de la votación, detrás del priista Enrique Peña Nieto y de López Obrador.

Ahora, la debacle mayor llegó en este 2018, en el que si bien Anaya y el Frente PAN-PRD-MC quedaron en la segunda posición, la diferencia respecto del ganador —López Obrador en su tercera carrera— es de alrededor de 30 puntos.

Ariadna Ortega

José Antonio Meade, candidato de la coalición que encabezó el PRI, se perfila para quedarse más de 20 puntos porcentuales por debajo de los que Enrique Peña Nieto alcanzó en 2012. Según las cifras preliminares, Meade tendrá 16.40% de los sufragios, cuando Peña Nieto logró 38.20%.

La enorme distancia entre uno y otro abanderado priista refleja el enojo ciudadano generado en este sexenio, debido a problemas como violencia, corrupción y carencias económicas. Además, según dijo el dirigente del tricolor, René Juárez, obliga al partido a reflexionar por qué ya no consigue el respaldo del electorado.

Meade, quien sin ser militante fue elegido para mantener al PRI en el poder, no cumplió con su misión. En cambio, tuvo la votación más baja que el priismo ha registrado en una elección presidencial desde el 2000. Ese año, cuando el PAN por primera vez quitó la presidencia al Revolucionario Institucional, Francisco Labastida tuvo 36.11% de los sufragios. En 2006, cuando el PRI quedó en el tercer lugar de la contienda, Roberto Madrazo tuvo 22.26%.

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A nivel estatal, el PRI mantiene 12 entidades federativas donde vive alrededor del 43% de la población, como el Estado de México, Coahuila y Sonora, entre otras. Sin embargo, de los nueve gobiernos en disputa este año, los priistas perderán Jalisco y posiblemente Yucatán, donde han advertido que impugnarán.

Tras los comicios del domingo, el PRI también se encamina a perder fuerza en el Congreso, cuyas cámaras se pintarían de una mayoría morenista.

De acuerdo con la encuestadora Parametría, la coalición Juntos Haremos Historia (Morena-PT-PES) suma 51% de los votos para la Cámara de Diputados, lo que podría traducirse en aproximadamente 255 curules, dejando al Frente PAN-PRD-MC con 135 y al bloque PRI-PVEM-Panal con 110. Para el Senado, la situación no es muy distinta, pues Juntos Haremos Historia podría sumar 65 escaños, contra 34 del Frente y 26 de PRI, PVEM y Panal.

Yared de la Rosa

El PRD, en esta ocasión aliado con el PAN y con MC, disminuyó su nivel de votación a 22.49%, según las cifras disponibles. Se trata de su porcentaje más bajo desde el 2000, cuando tuvo 16.64% con Cuauhtémoc Cárdenas como candidato.

Para las dos elecciones posteriores, en 2006 y 2012, postuló a Andrés Manuel López Obrador de la mano del PT y de MC, y consiguió 31.31% y 31.57% de los sufragios, respectivamente.

Es decir, el mayor auge del partido del sol azteca lo alcanzó cuando impulsó a López Obrador: en 2006 incluso estuvo a menos de un punto porcentual de ganar la Presidencia de la República, que fue para el panista Felipe Calderón, y en 2012 también quedó en segundo lugar, detrás del priista Enrique Peña Nieto.

Pero el PRD no solo ha resentido la ausencia de López Obrador en la contienda presidencial. También lo ha hecho en la pelea por el Congreso y en elecciones locales.

En la Cámara de Diputados, por ejemplo, se prevé que tenga entre 33 y 43 curules, cuando en 2006 tuvo 123 y en 2012 tuvo 102. En el Senado, se perfila que tenga seis escaños, cuando en 2006 tuvo 26 y en 2012 tuvo 22.

A nivel local, de acuerdo con los resultados preliminares, el PRD perderá tres entidades: Morelos, Tabasco y la Ciudad de México. Todas ellas quedarán en manos el partido que López Obrador fundó apenas en 2014, Morena.

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