#Crónica: El día que Meade se adueñó del discurso del PRI, sin conquistar al PRI
El Foro Sol retumbó desde temprano. Esta vez no se trató de un concierto de Pearl Jam, Roger Waters o Radiohead, en esta ocasión el recinto albergó algo distinto: la unción del candidato presidencial del PRI.
Desde poco antes de las 8:00 horas, militantes del tricolor de Guerrero, Hidalgo, Estado de México, Campeche, Colima y Yucatán comenzaron a llenar el lugar entre porras de “Pepe Presidente”, “Sí se puede” y hasta con el grito de “Juana primera dama, Juana primera dama”.
El sitio donde han sonado éxitos como Black, The Wall o High and Dry cambió el despliegue de carteles con imágenes de agrupaciones internacionales por pancartas y mantas de apoyo a José Antonio Meade, quien oficialmente se convirtió en el abanderado del tricolor para la elección del 1 de julio.
“Rendir protesta como su candidato a la Presidencia de la República, es el mayor honor que he tenido en mi vida y me compromete a trabajar con todos para ganar. Con toda seguridad les digo: junto con ustedes, ¡vamos a ganar!”, dijo ante los más de 18,000 delegados que a mano alzada avalaron su nominación para aparecer en la boleta.
La casa por la ventana
Fiel a su costumbre, el partido no escatimó en la organización del evento, que estuvo a cargo de Claudia Ruiz Massieu, secretaria general del partido.
Antes de la llegada de Meade, por el escenario desfilaron intérpretes de música popular mexicana, un imitador de Juan Gabriel y un ballet profesional que bailó en más de seis ocasiones al ritmo de un reggaetón creado especialmente para el evento.
“Sólo con Pepé, sólo con Pepé es que se mueve, es que se mueve”, decía el estribillo.
Después de casi dos horas de espera, en una mesa se fueron sentando uno a uno los integrantes de la mesa directiva de la Convención Nacional de Delegados, que encabezó Rubén Escajeda, presidente de la Comisión de Procesos Internos del PRI.
Fue el exdiputado quien se encargó de anunciar los resultados de la votación que hicieron oficial la postulación del cinco veces secretario de Estado como candidato a la presidencia. Minutos después, un vocero del PRI convocó a Enrique Ochoa Reza al escenario para terminar el acto protocolario, con la toma de protesta.
“Lo hago por México y los invito a todos, todos por México”, exhortó Meade en medio de gritos de “Todos con Meade”, que se apagaron a los pocos segundos, pero que fueron avivados por el propio Ochoa.
El hit del
#YoMero
El hashtag que surgió en Twitter por una respuesta del candidato a Tatiana Clouthier — coordinadora de la campaña de Andrés Manuel López Obrador— sobre quién es la mejor opción para dirigir al país se coló en el acto masivo como el hit del día, primero en pancartas, playeras y gorras, y después en el discurso del ahora candidato quien no dejó pasar la oportunidad de recordarlo en su mensaje
“Todos los días, de aquí a la elección, recordemos que la voluntad es decir: ‘Yo mero’, yo mero me hago cargo de que el país salga adelante, yo mero me hago cargo de convencer, de entusiasmar, de poner en juego lo mejor de todos y cada uno de nosotros para que a México le vaya bien”, gritó al tiempo que todos levantaban las pancartas.
El entusiasmo y aplausos por esas palabras duraron apenas unos segundos. Meade retomó su mensaje que transcurrió entre recuerdos de la precampaña, promesas y agradecimientos a la militancia y que en repetidas ocasiones fueron interrumpidos por el animador para avivar a los militantes que a diferencia de 2012 con Enrique Peña Nieto no interrumpieron las palabras del candidato para estallar en aplausos.
"Tenemos que ver y escuchar el malestar"
La condena contra quienes han cometido actos deshonestos fue otro de los temas presentes en el primer mensaje de Meade como candidato. La promesa de un gobierno "implacable" contra los actos de corrupción avivó los ánimos en el recinto que por momentos quedaba en completo silencio.
"Tenemos que hacernos cargo de las expresiones de malestar y decepción, para eso tenemos que ver y tenemos que escuchar a quienes elevan su voz y expresan sus legítima demandas de seguridad y justicia. Tenemos que ver y tenemos que escuchar el profundo malestar por actos de corrupción que laceran la vida de México", dijo.
La sentencia provocó aplausos y el animador incitó a los presentes a corear "Duro, duro, duro" a una sola voz. Meade se sumó al reclamo de la militancia.
El respaldo y la indirecta
El mismo escenario que Roger Waters utilizó para manifestar su repudio a Donald Trump fue utilizado por Meade para dejar en claro su respaldo a la dirigencia de Ochoa Reza, el gobierno de Enrique Peña Nieto y el PRI, pero también que el rival a vencer es López Obrador, nombrado casi al mismo tiempo candidato de Morena.
A Ochoa Reza le reconoció por su "esfuerzo y participación", a Peña Nieto por su liderazgo para concretar la transformación del país con miras a la construcción de "un nuevo país". Al PRI le reconoció por haber sido el artífice de las instituciones mexicanas.
"Aquí está la cuna de las instituciones, aquí está la cuna del IMSS, aquí está la cuna del ISSSTE, del INFONAVIT, del Politécnico, del Instituto Tecnológico de México, de la educación gratuita, del sistema de desarrollo social", expresó.
Y cuando parecía que su mensaje concluía sin referencias a sus contrincantes, vino la advertencia a la militancia para no sobre no arriesgar el futuro de las nuevas generaciones en una alusión directa al discurso y acciones de López Obrador durante la precampaña.
"Vamos hacia atrás cuando se ataca la libertad de expresión; vamos hacia adelante cuando respetamos la crítica y las diferencias (...) Vamos hacia atrás cuando se agrede a las instituciones; y vamos hacia adelante cuando se respeta la división de poderes. Vamos hacia atrás cuando se cancela la educación de excelencia para nuestros hijos. Vamos hacia atrás cuando se ofrece impunidad a los criminales (...)", dijo antes de concluir su discurso.
Tan pronto acabó el discurso y con los animadores aún invitando a echar vítores y porras a Meade, los asistentes abandonaron el recinto, que no se llenó por completo y que a pesar de las batucadas y el ambiente de fiesta pocas veces estalló en aplausos. Quedó claro que no era Pearl Jam el que los había convocado.