Meade, el secretario de Hacienda (no candidato) que habla del futuro de México
José Antonio Meade se concedió este jueves un espacio en su agenda para reencontrarse con un viejo conocido y charlar del futuro de México.
Por una hora, sus labios se extienden una y otra vez hasta sus mejillas dejando ver sus blancos dientes entre bromas que surgen de manera natural. La cita es con Alejandro Poiré, el exsecretario de Gobernación y compañero de generación del Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM).
Estos dos amigos se vuelven a encontrar —antes lo hicieron en el Gobierno de Felipe Calderón— y se sentaron a dialogar del país como lo hacían cuando eran jóvenes, pero ahora frente a más de 500 estudiantes que acudieron a "Las Conversaciones que transforman", organizado por el Tecnológico de Monterrey.
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Meade es secretario de Hacienda y Crédito Público, Poiré es decano de la Escuela de Ciencias Sociales y Gobierno del Tec, el rival natural del ITAM, donde ambos se formaron, y ese tema se utiliza para romper el hielo.
“Decía Alejandro que el Tec está siendo reconocido cada vez de mejor forma por su calidad académica, reconocido con premios, reconocido por su investigación. De hecho, dice que está ya bastante cerca del ITAM”, comenta Meade para abrir un diálogo más cercano con los estudiantes.
El secretario de Hacienda llegó con su tradicional traje y corbata al auditorio mucho antes de la hora citada. Platicó tras bambalinas con Poiré antes de subir al escenario para hablar sobre los temas de la actualidad y lo que viene para el futuro... excepto de su posible candidatura para el 2018.
Afuera del recinto, la expectativa entre los estudiantes era mucha.
-¿Tú por quién vas a votar?–preguntó un joven a su compañera antes de la llegada del funcionario al escenario.
–No lo sé. Estoy entre (Ricardo) Anaya y Meade. El ‘pedo’ es que Meade es de nuevo el PRI–respondió la estudiante.
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La construcción de instituciones
La charla de los amigos transcurre en una mañana de otoño, cuando del Presupuesto de Egresos del país está a punto de aprobarse, el presidente Enrique Peña Nieto está de viaje en Vietnam para el Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífica (APEC, por sus siglas en inglés) y cuando los vientos de las elecciones de 2018 comienzan a soplar.
Pero ninguno de estos temas se tocan en la hora en la que los exmiembros del gabinete del expresidente Felipe Calderón (2006-2012) reflexionan sobre el papel de los servidores públicos, de la relación con Estados Unidos, d el Tratado de Libre Comercio para América del Norte (TLCAN) , de la economía, la pobreza, la educación, la impunidad, el hartazgo hacia la clase política y en cómo construir sólidas instituciones y generar confianza en la ciudadanía.
“Tenemos que hacerlo respetando los principios democráticos, reconociendo que es un proceso de conversación, en el que no nada más ya participa el político profesional, sino que afortunadamente también participa el ciudadano. Tenemos que hacerlo en un marco en donde recuperemos confianza”, afirma Meade mientras los estudiantes los siguen con atención.
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Los amigos platican en medio de reflexiones, bromas y saltos en el tiempo entre el México del pasado y el actual. “Vale la pena aclarar que Poiré y yo no somos viejos”, suelta Meade en su quinta broma del día frente a un público en su mayoría joven, pero resaltando su trayectoria profesional al frente de diversas secretarías.
Quien fuera secretario de Energía, de Relaciones Exteriores, Desarrollo Social y Hacienda insiste en diversas participaciones en la importancia de diseñar la arquitectura necesaria para alcanzar el pleno Estado de Derecho, uno de los retos más importantes para el país a su parecer.
El no candidato
A los 60 minutos de conversación, la expectativa de que hable sobre las elecciones presidenciales del próximo años, se disuelve en un instante en la sesión de preguntas y cuando Poiré dice que debe irse para atender otros compromisos.
“Bueno, hay un montón de preguntas sobre el 2018, candidaturas, cosas por el estilo, esas me las voy a saltar, porque me da la impresión de que la respuesta no le toca a él”, sentencia Poiré, brincándose el motivo por el que muchos de los presentes estaban ahí.
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Pero no importa, al terminar los jóvenes saltan al escenario por una selfie. Corren con sus teléfonos celulares para tener la imagen que pueden presumir entre sus amigos. El secretario no para de sonreír, pasan de más de 15 minutos y Meade no se cansa de posar, hasta terminar con la fila de estudiantes.
nullAl terminar de platicar con medios, se dirige a su auto y de nuevo se detiene para “tomarse la selfie”. Paso, saludo, selfie, paso, selfie, saludo, saludo. Así llega hasta su Toyota híbrido que él mismo conduce. Alza una última vez la mano moviéndola de un lado a otro y se va.
A ocho meses de las elecciones, Meade camina como candidato, habla como candidato y se comporta como candidato, pero de eso ahora no habla.