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El gran problema de la primera consulta popular en México fue la pregunta

Si bien la participación de los ciudadanos apenas alcanzó el 7%, el desinterés se debió en parte a que la pregunta era confusa y no había nada concreto por decidir, coincidieron politólogos.
mar 03 agosto 2021 06:00 AM
pregunta de la consulta popular (imagen de una persona votando en la consulta popular 2021 en México)
Al ser la primera consulta popular que se realiza en México, tuvo desaciertos como una pregunta poco clara y atractiva para la ciudadanía, señalan politólogos.

Alrededor del 7% de 93.5 millones de mexicanos inscritos en la Lista Nominal decidió salir este domingo a participar en la primera y consulta popular en México para manifestar su opinión sobre la posibilidad de abrir procesos penales contra actores políticos del pasado, incluyendo a expresidentes.

A decir de expertos en política, para ser un primer ejercicio de esta naturaleza, tuvo aciertos y desaciertos que se tendrán que ir mejorando para que la ciudadanía no se desencante por las consultas populares, aunque coinciden que el gran error fue la pregunta, ya que al ser poco clara sobre lo que se estaba preguntando y las consecuencias que tendría, no motivó a participar.

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“En esta consulta no había nada concreto para decidir, la pregunta que redactó la Corte no permitió que la ciudadanía viera la relevancia de lo que se estaba votando, por un lado quitó referencia a juicio a expresidentes, y dejó algo vago o ambiguo, abriendo la puerta a comisiones de la verdad o procesos de justicia transicional, para las que no era necesaria la consulta”, señala Javier Martín Reyes, politólogo del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE).

El gran problema fue la pregunta (...) con preguntas así ni moviendo las consultas populares al día de la elección, vamos tener resultados positivos, habría que pensar temas y preguntas que motiven al electorado a participar.
Javier Martín Reyes, politólogo del CIDE.

Tras el impulso que le dio el presidente Andrés Manuel López Obrador a realizar una consulta popular para enjuiciar a los expresidentes Carlos Salinas de Gortari, Ernesto Zedillo, Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto, la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) tuvo que modificar el texto para respetar el principio de presunción de inocencia. El resultado: una pregunta poco clara.

“Todos ellos que participaron, sin duda hay que festejarlo, muy bien, válido, sin embargo, la pregunta reformulada por la Corte no era la correcta, ahí es donde está el tema, preguntarse qué es lo que se tiene que preguntar en una consulta popular para que sea de trascendencia nacional o regional”, dice Bernardino Esparza, académico de la Universidad La Salle.

La percepción es que no se está manifestando gran interés, parece ser que este tipo de consultas no funcionan, la pregunta no es la más apropiada para incitar a la ciudadanía a votar, ese es el tema central, y por lo tanto el desencanto se da.
Bernardino Esparza, académico La Salle.

Nunca quedó claro cuáles serían las acciones que se tomarían dentro del marco legal y constitucional y cuál era la ruta que se iba a seguir en caso de se hubieran conseguido que fuera vinculante.

De acuerdo con información preliminar del INE, participaron 7 millones 212,741 ciudadanos, lo que significa entre el 7.07 y 7.74% de la Lista Nominal de electores. El instituto estimó que entre el 89.36% y el 96.28% votaron a favor del “Sí” y entre el 1.38 y 1.58%, por el “No”.

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¿Quién gana y quién pierde con los resultados?

Aunque para algunos políticos de oposición calificaron este mecanismo como un “fracaso” por la baja concurrencia, el presidente López Obrador celebró su realización, aunque no se consiguió que fuera vinculante.

Para el politólogo del Tecnológico de Monterrey, Gustavo López Montiel, el Ejecutivo ganó porque le permite medir dónde están los espacios de apoyo de Morena, en tanto que el mecanismo le permitió movilizar estructuras y mantenerse activo hacia la revocación de mandato de 2022, así como generar temas para su agenda mediática.

“Independientemente de que sea vinculatoria o no, como ganó el ‘Sí’ va a decir que la gente se lo pidió y va a generar acciones en ese sentido, aunque no sean legales (…) Le genera temas (al presidente) de aquí a la revocación de mandato. Es un espacio de acción que le permite al presidente abordar varias estrategias a partir de la consulta”, comenta.

Por el contrario, Javier Martín Reyes, considera que Morena perdió puesto estuvo insistiendo con que era un juicio contra expresidentes, por lo que el hecho que el 93% de los ciudadanos haya decidido no salir a votar, es un golpe duro para el partido.

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Para la integrante de la Red de Politólogas y académica de la UNAM, Luz María Cruz Parcero, el balance es positivo aun con los “asegunes” que tuvo: la politización, las divergencias con la Corte y los intentos de presión hacia el Instituto Nacional Electoral (INE).

Cruz Parcero señala que aunque tuvo una participación de 7%, no se puede comparar con porcentajes de procesos electorales, pues aun se está aprendiendo a utilizar como mecanismo alternativo para la ciudadanía complementario de la democracia directa.

Ganamos todos, me parece que al ser el primer ejercicio y organizado por una institución de manera seria ganamos todos y gana la democracia.
Luz María Cruz Parcero, académica UNAM.

¿Qué hacer para mejorar las consultas?

Los politólogos coinciden que las consultas son un ejercicio de participación que deben existir, aunque con sus debidos límites y no en exceso, por lo que prevén que sí haya reformas en la materia, y principalmente que se realicen sobre temas de interés social y con preguntas claras y concretas que motiven a los ciudadanos.

El académico de La Salle señala que las preguntas en las consultas tienen que tener dos características: la primera, muy significativa con interés social, con temas de vivienda, salud, educación, y dos, ser muy clara, corta y precisa para que entonces el ciudadano no apto de la cultura política tenga claro qué va a responder.

A su vez, López Montiel explica que en el sentido de ejercicio democrático, quedaron de manifiesto muchos vacíos que hay en términos de cómo debe hacerse una consulta popular, quién debe hacer difusión, si se debe dar entrada de actores políticos como los partidos, que son temas importantes que tienen que ver con la forma en que estos ejercicios se deben hacer en el futuro.

Si están mal planteados, por muy relevante que sea el tema no va a haber la participación que se busca en las consultas populares.
Gustavo López Montiel, politólogo del Tec de Monterrey.

El académico del CIDE insiste en que si la ciudadanía se queda con la idea de que el problema no fue la pregunta sino el mecanismo en sí, será difícil cambiar esa percepción. “Tengo la esperanza que si en el futuro se someten a votación temas genuinamente políticos, donde hay argumentos y eso motive al electorado sí podríamos pensar en consultas populares”, afirma.

La politóloga de la UNAM expresa que a lo que tenemos que apostar es a este tipo de mecanismos por más “deficiencias” que se vean ahora. “Es el tipo de mecanismos por los que demos apostar y que lo realicen instituciones como el INE que tienen la capacidad que tienen la seriedad y la legitimidad para hacerlos”, comenta.

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