La vacunación contra la COVID-19 se ha convertido en la principal herramienta del gobierno federal para evitar que la tercera ola de la epidemia cobre más vidas, pues aunque han aumentado los contagios, los decesos no han subido al mismo ritmo.
El subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell, explicó esta semana que el grueso de la población hospitalizada se ha trasladado a los grupos de menor edad y a quienes no han sido vacunados.
“La mayoría de las personas que están hospitalizadas por COVID en este momento son ya personas menores a 52 años y la enorme, enorme, mayoría son personas que no fueron vacunadas; la enorme mayoría, esto es más del 97% son personas que no fueron vacunadas”, dijo apenas el martes 20 de julio en la conferencia El Pulso de la Salud.
Detalló que los datos muestran que la vacunación protege. “Sobre todo protege de enfermedad grave y del riesgo de muerte; si tú eres una persona joven, también estás en riesgo; la vacuna también te va a proteger”, afirmó.
De acuerdo con especialistas, las vacunas están diseñadas para prevenir el desarrollo de una enfermedad grave o la muerte, más no para no evitar los contagios. “Solamente disminuye el riesgo de enfermedad grave o morir, no nos exime de contagiarnos y esparcir la enfermedad”, aseguró Jessica González, especialista en Medicina de la Universidad La Salle, al señalar que es responsabilidad de todos evitar una tercera ola con picos anteriores.
“Estamos a tiempo de prevenir que esta tercera ola no se dispare tanto como se disparó la primera y la segunda, si hacemos consciencia individual que nos lleve a la colectiva”, comentó.
E esta tercera ola, lejos quedaron los 5,000 o 7,000 casos de COVID-19 que se registraban en el país hace un año, con la primera ola de la epidemia. En aquel entonces, la cifra máxima de casos se alcanzó el 8 de agosto, con 9,556 positivos que se agregaron a la estadística diaria, según una revisión de los reportes técnicos que se han presentado.
Ese récord fue superado por los 16,421 nuevos registros que se hicieron este viernes, cuando el país alcanzó 2 millones 726,160 casos acumulados y 237,964 decesos. No obstante, la cifra de este 23 de julio, aún está por debajo de los 22,339 positivos que se agregaron en un día el 21 de enero pasado, cuando se vivía la peor etapa de la pandemia en la llamada segunda ola.
Si bien los casos actuales ya superan las cifras registradas en la primera ola, las cifras de decesos por COVID-19 sí han presentado una disminución. Tan solo en el pico de la primera ola, se añadieron al registro hasta 1,207 fallecimientos en un día, por ejemplo el 16 de julio de 2020, aunque –como se ha mencionado– no quiere decir que hayan ocurrido precisamente en esas 24 horas.
Aun así, la velocidad de las muertes por el virus SARS-CoV-2 sí ha disminuido, pues en los primeros meses del año se registran más de 1,000 muertes nuevas por día. Pero además, este repunte de la epidemia está afectando más a los grupos de edad que aún no han sido –a apenas están siendo– vacunados.
El subsecretario de Salud Hugo López-Gatell insistió que esto se debe principalmente al efecto de la vacunación. Hasta este sábado 24 se ha vacunado a 41.5 millones de personas mayores de 18 años, de las cuales 23.6 millones cuentan con esquema completo y 17 millones 936,349 con una inyección.
“Aunque tenemos el momento del tercer repunte en donde aumentan los casos, la proporción de personas que llegan al hospital o que tristemente pierden la vida es menor por el hecho de que son personas de menor riesgo y las personas de mayor riesgo ya han sido vacunadas en su mayoría”, dijo el funcionario el martes pasado.
De acuerdo con la Secretaría de Salud, el número de casos estimados de SARS-CoV-2 en la semana epidemiológica 27 –que comprende del 4 al 10 de julio- tuvo un aumento de 46% en comparación con la semana anterior, en tanto que se estima que hay 100,687 personas como casos activos, considerados el motor de la epidemia al presentar signos y síntomas en los últimos 14 días.
En cuanto a la ocupación hospitalaria, aumentó un punto porcentual en camas de atención general, al pasar de 35 a 36%, y en camas con respirador mecánico se mantuvo en 29%. “Sin embargo, la ocupación hospitalaria es 70% menor en comparación con la máxima registrada en la segunda ola epidémica”, informó la dependencia en un comunicado.
La doctora Marilú Acosta, coordinadora del programa de Telemedicina del Centro Médico ABC, explicó que el hecho de que aumenten los contagios, pero no las hospitalizaciones y los decesos, se debe principalmente a la vacunación.
El objetivo de la vacuna es el disminuir el riesgo de una hospitalización y disminuir el riesgo de la mortalidad por COVID, pero no es necesariamente el hecho de limitar el contagio.
“(La vacunación) es para disminuir el riesgo de hospitalización, entonces a pesar de que tengamos una alta tasa de vacuna con una sola dosis o esquema completo, tenemos que tenerlo claro: disminuyen el riesgo de hospitalización y mortalidad, pero no evita el contagio y no evitan que una persona contagiada que esté vacunada pueda contagiar a los demás, por eso es que también están subiendo los casos”, dijo en una conferencia de prensa sobre la variante delta.
