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Luis de la Calle: “En México hoy se castiga a las empresas que quieren crecer”

El economista, autor del libro ‘La economía de la extorsión’, afirma que en el país persiste un sistema en el que una empresa debe cubrir pagos legales e ilegales si quiere expandirse.
dom 03 enero 2021 11:59 PM
Luis de la Calle
El economista Luis de la Calle considera que el presidente tiene una visión "limitada" respecto de los obstáculos que enfrenta el sector privado.

México padece un sistema que “castiga” a las empresas que quieren crecer, porque aquellas compañías que lo intentan actualmente deben cubrir pagos legales e ilegales que equivalen a diversos tipos de extorsión, advierte el economista Luis de la Calle.

Para el director de la consultora De la Calle, Madrazo, Mancera, estos montos incluyen las cuotas para obtener permisos de operación o entrar a distintos mercados, y constituyen trabas para el crecimiento que no son combatidas con fuerza por Andrés Manuel López Obrador y su gobierno.

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“El problema es que el presidente piensa que el éxito de las empresas es solamente resultado de la corrupción o de la suerte, parece que no le da mucho lugar a los obstáculos que enfrentan, como la extorsión, o a que se puede tener éxito producto del esfuerzo, de la creatividad, de la innovación y de la inversión”, dice en entrevista.

Académico, exfuncionario federal y exintegrante del Banco Mundial, De la Calle analiza este y otros temas en su libro La economía de la extorsión —publicado por editorial Debate—, en el que afirma que en México persiste este sistema económico en el que distintos actores evaden la ley para aprovecharse de otros y quitarles recursos.

Entre los ejemplos que menciona están los franeleros que asumen el control de calles y cobran a los automovilistas a cambio de permitirles estacionarse y “cuidar” sus vehículos, las inspecciones de Protección Civil que algunos funcionarios públicos utilizan para exigir sobornos y, en el extremo, las cuotas que grupos delictivos imponen a los negocios que son exitosos en una localidad.

Para De la Calle, estos casos muestran qué tan común es la extorsión en el país —ejercida desde diversas modalidades—, y dejan ver el impacto “catastrófico” que toda esta cultura tiene para la economía nacional.

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¿Qué ejemplo de extorsión considera que está más extendida en México?
La del franelero tiene dos ventajas. Uno, la gente lo entiende porque lo ha vivido. Dos, implica una falta de respeto a los derechos de propiedad. Escribí lo del franelero no porque sea económicamente muy importante, sino porque simbólicamente lo es, en el sentido de que implica una apropiación por un agente. Generalmente son redes de franeleros que se apropian de la propiedad pública para extraer una renta. A la gente también le llama la atención que haya puesto las propinas como una posible transacción con base en la extorsión, pero las propinas cuando son excesivas son una forma de extorsión: quien te otorga un servicio siente que tiene un poder monopólico y que tienes que pagarle una propina para que te dé ese bien.

¿Cuáles son los ejemplos de extorsión económicamente importantes?
Yo diría que son tres. Uno es todo lo relacionado con los permisos de construcción. Cuando tú tienes un pequeño changarro y quieres expandirlo, te extorsiona el municipio y un gran etcétera en todo el proceso. Otro muy importante son las cadenas de extorsión en todo el sistema de distribución, desde la policía hasta lo que antes era “el pulpo camionero”. Vender fuera de tu ámbito te expone a la extorsión. Y finalmente, el otro que es muy importante y muy nocivo es el secuestro, que es la reina de la extorsión. En México, tener éxito tiene un riesgo.

En este contexto, ¿entonces las empresas prefieren quedarse pequeñas y no crecer para no correr ese riesgo de sufrir diversas extorsiones?
El costo es doble. Por un lado está el costo directo de la extorsión, que es un “impuesto”, y eso te impide crecer porque los pocos recursos excedentes que generas te los quitan. Ese es uno, y el otro es un costo en términos de comportamiento. Cuando el éxito es penado a través de la extorsión, tú puedes tomar una decisión racional de permanecer en la informalidad, de permanecer chico o de no innovar, de no tratar nuevos mercados, y eso es trágico para la empresa pero es catastrófico para el país, porque en el agregado, el crecimiento económico depende de que las empresas pequeñas tengan éxito, y si no lo tienen, porque escogen no tener éxito, porque hay un ambiente extorsionador a su alrededor, para el país es tremendamente negativo.

Luis de la Calle
Luis de la Calle, economista, consultor y académico, advierte que la cultura de la extorsión tiene un costo "catastrófico" para el crecimiento económico de México.

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¿Por dónde tendría que comenzar una reforma a las instituciones del país para desmontar ese sistema que favorece la extorsión?
Lo más importante en este caso es tener un incentivo para que las autoridades protejan los derechos de propiedad y, por lo tanto, la reforma al impuesto predial. El impuesto predial bien cobrado tiene ventajas importantes. Una de ellas es que incentiva al presidente municipal y al gobernador a proteger la propiedad, porque es su base gravable y su fuente de recursos. Además, una buena recaudación del predial permite a los municipios y a los estados tener la suficiente capacidad institucional para aplicar la ley, tener las calles limpias y que haya luz. Entonces, se crea un círculo virtuoso, porque el éxito eleva el valor de los predios y la elevación del valor de los predios eleva el predial.

La otra medida es lo que propuso el presidente sobre las inspecciones: hacerlas aleatorias, su Ley de Confianza Ciudadana. Eliminar las inspecciones no es necesariamente bueno porque se requiere un cierto número de inspecciones. Lo que necesitas es quitarle al inspector el poder monopólico, que te puedan certificar varias agencias, no nada más una. Uno de los extorsionadores más grandes es Protección Civil: que si no tienes el extintor donde debe estar, etcétera… Se trata de tener multiplicidad de agentes certificadores.

¿Y cómo combatir la impunidad?
Ahí es más complicado porque se requiere reformar el sistema de administración de justicia: policías, Ministerio Público, jueces y cárcel, y lo tienes que hacer con todos los frentes. Ahora, se puede avanzar si creas un ambiente en el que se respeten los derechos de los demás, porque creas un movimiento positivo, a pesar de que no hayas reformado al Poder Judicial. Y si nada más tienes tiempo para reformar un aspecto, yo empezaría por la cárcel, para hacer que las cárceles no funcionen como centros de extorsión.

¿Cree que en el gobierno hay conciencia del problema y voluntad para atacarlo?
Sí y no. El presidente sí reconoce la existencia del problema porque él mandó la iniciativa de Ley de Confianza Ciudadana. Desde ese punto de vista, sí hay conciencia. Desde el punto de vista de que él fue electo con el objetivo de terminar la relación de extorsión entre la clase política y los ciudadanos, también. El problema es que el presidente piensa que el éxito de las empresas es solamente resultado de la corrupción o de la suerte, parece que no le da mucho lugar a los obstáculos que enfrentan, como la extorsión, o a que se puede tener éxito producto del esfuerzo, de la creatividad, de la innovación y de la inversión. Creo que el presidente es sensible a esto, pero su visión de la capacidad de las empresas para poder tener éxito y crecer es limitada.

También le limita la visión el hecho de pensar que neoliberalismo y corrupción son sinónimos. Para que haya menos corrupción se requiere mayor competencia, y la mayor competencia se parece al neoliberalismo”.

¿El presidente ve el tema en blanco y negro?
Lo tiene como blanco y negro y creo que está equivocado, porque el neolibealismo es muchas cosas. Algunas son negativas, pero la competencia no es una cosa negativa, y esto está relacionado con el hecho de que él piensa que la competencia siempre es injusta con el pequeño, pero la competencia es injusta con el pequeño como consecuencia de la cultura de la extorsión, porque si no la tuviéramos muchas empresas pequeñas tendrían éxito.

¿Hacia dónde cree que tendríamos que apuntar en esta materia en lo que resta del sexenio?
Lo que es muy importante es promover la democracia y el Estado de derecho. Si no somos democráticos y regresamos a un sistema de centralización de poder, a pesar de que el presidente sea una persona bien intencionada y quiera que al país le vaya bien y no abuse de su poder, la concentración del poder va a llevar a que futuros presidentes utilicen eso como un mecanismo para extorsionar. Siempre sucede así: entre más concentrado tengas el poder, lo vas a terminar usando para extorsionar. Entonces, en México vamos a ser un país sin una democracia más profunda, más corrupto, más extorsionador y más excluyente, y creo que el presidente quiere que sea al revés.

Para que el presidente contribuya a un México más moderno, debería impulsar mayor democracia y mayor competencia, no menor”.

Frente a todo esto, ¿qué impresión le dejan propuestas como la de reformar el Banco de México, que por ahora quedó en pausa pero podría afectar la autonomía de la institución?
Clarísimamente, el presidente es un centralizador del poder. También lo fue Enrique Peña Nieto. El presidente piensa, y creo que ahí se equivoca, que necesita centralizar el poder porque si no no va a poder avanzar su “cuarta transformación”, pero México es un país demasiado complejo y demasiado grande para pensar que el futuro o la transformación dependen de una persona. De hecho, hay que verlo al revés. México tiene un futuro brillante porque depende de los mexicanos y hay muchos mexicanos talentosos. El punto es que para que ese talento brille necesitan operar en un sistema donde no sean extorsionados, no se penalice el éxito y se apoye a los casos exitosos para que se conviertan en un ejemplo.

La economía digital nos puede proveer una plataforma para que los mexicanos tengan éxito en un ambiente donde es más difícil extorsionarlos, porque te provee de la información que necesitas para hacer lo que quieras y después puedes usar ese mismo sistema para vender dentro y fuera del país, ya no tienes que limitarte a vender en tu colonia o espacios donde te extorsionen. La economía digital puede ser un catalizador de un cambio que disminuya significativamente la extorsión.

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