Con refuerzos, el FRENA amaga con mantener una larga protesta contra AMLO

Integrantes del frente aseguran que están listos para que el campamento instalado sobre Avenida Juárez se prolongue por varios días, pues pronto llegarán más manifestantes de otros estados.
El fin de semana, los integrantes del FRENA decidieron acampar sobre Avenida Juárez, después de no poder llegar al Zócalo.

El Frente Nacional Anti-AMLO (FRENA) tiene tres días instalado en un plantón cerca del Centro Histórico de la Ciudad de México y sus integrantes advierten que no piensan retirarse.

Ubicados a lo largo de Avenida Juárez, afirman estar preparados para una larga protesta contra el presidente Andrés Manuel López Obrador, para la cual invertirán sus propios recursos y recibirán apoyo de manifestantes que pronto llegarán a la capital del país desde otros estados.

“Vamos a quedarnos aquí hasta que renuncie el dictador”, dice Connie, una comerciante que vino de Guadalajara, Jalisco, acompañada de una maestra de Educación Física con quien sostiene que el FRENA busca “reparar” al país porque México actualmente se encuentra “patas para arriba”.

#QuéPasóCon...el Frente Anti-AMLO (FRENAAA)

Desde el sábado, después de no poder llegar al Zócalo, los inconformes colocaron casas de campaña frente al Palacio de Bellas Artes y su plantón ya llega hasta la Torre del Caballito. Son cientos de casas de colores naranja, azul y verde, aunque es difícil saber cuántas realmente están ocupadas.

Algunos de los manifestantes que sí se han quedado en Avenida Juárez —una emblemática vialidad de la capital que conduce al Centro Histórico y que suele ser escenario de protestas— aseguran que la fuerte lluvia que cayó durante la noche del domingo y la madrugada del lunes dejó las casas mojadas, por lo que quienes duermen en ellas fueron a descansar mientras las dejaban secar.

Este lunes, a lo largo de todo el contingente, la afirmación de que el presidente no ha hecho un buen trabajo en lo que lleva de mandato es una constante.

“Tiene al país en una condición deplorable, estamos muy mal, y estamos aquí porque realmente queremos que se vaya”, dice Ingrid, una enfermera de 23 años que acampa junto a su pareja y su perro.

Ingrid viene de Metepec, Estado de México, y afirma que el FRENA quiere que López Obrador se vaya del cargo antes del 30 de noviembre, es decir, antes de que se cumplan dos años desde que asumió el poder.

A diferencia del plantón de 2006 sobre Paseo de la Reforma, promovido por el propio López Obrador en protesta por lo que consideró un fraude electoral en su contra y a favor de Felipe Claderón, en el de este año no hay fiesta ni reuniones, sino que en los cerca de 900 metros que abarca el campamento únicamente sobresalen algunos pequeños grupos de inconformes. En el lugar no hay ruido, sino que predomina la tranquilidad.

En medio de la pandemia de COVID-19, el FRENA se ha manifestado en varias ocasiones en diversas ciudades. En caravanas, sus integrantes han recorrido calles a bordo de sus autos, pero esta vez decidieron expresar su molestia de otro modo y, pese al riesgo de contagio, decidieron quedarse en la vía pública.

“Es más riesgo quedarnos de brazos cruzados y no hacer nada”, dice Alicia Jiménez, de 50 años, quien espera a su familia y asegura que toma precauciones para cuidarse.

“Hay más feminicidio e inseguridad y nos está empobreciendo”, agrega la mujer, al exponer por qué quiere que López Obrador renuncie al cargo.

Luis, quien tiene una fábrica de artículos para mascotas en la Ciudad de México, expresa una opinión similar: “La idea de aquí es permanecer y no nos vamos a mover, somos ciudadanos que vienen cada uno con sus propios recursos, de toda la República, y vienen más a irnos apoyando, pero de aquí no nos vamos a mover hasta que lleguemos al Zócalo”.

“López es corrupto, un inepto”, insiste el capitalino, y afirma que la principal falla del presidente ha sido dividir a los mexicanos.

Tenía que haber sido un foco de guía para todos, todos lo hubiéramos acompañado, una gran mayoría votó por él, pero llegó al poder y se corrompió”.

Contrario a lo que el presidente dice, en el sentido de que las autoridades están respetando a los manifestantes, ellos afirman que no es así, se quejan de que no los dejen llegar al Zócalo e incluso acusan que no se les ha permitido instalar baños portátiles. Por ello, dicen, han tenido que pagar para usar sanitarios cercanos.

La mañana de este lunes, el presidente insistió en que su gobierno respeta la libre manifestación y aseguró que el FRENA tiene caminos para expresarse.

“No creo que se trate de un movimiento violento, que me quieran derrocar, sino, entiendo, es un movimiento pacífico, civil, no va a ser un golpe de Estado (...) Entonces, pueden agruparse y buscar detener la transformación por la vía pacífica, legal, democrática, en las elecciones de junio del año próximo. Nosotros vamos a seguir garantizando las libertades”, dijo, y llamó a los manifestantes a quedarse en su campamento y no en hoteles.

Según los manifestantes, las casas en las que se quedan son del propio FRENA. Afirman que fueron donadas por integrantes del frente y por quienes apoyan al movimiento, al que aseguran que puede unirse cualquier persona.

“A nosotros, que venimos en paz a manifestarnos, nos manda la Guardia Nacional (...) Hicimos una manifestación el 30 de agosto y éramos más de 600,000, y el señor en su mañanera dijo que éramos como 100. Estamos muchos manifestándose en todos los estados”, dice Manuel, fisioterapeuta de Monterrey, Nuevo León.

El regiomontano asegura que los inconformes tienen la convicción de permanecer y que quienes están en estos momentos son quienes están en posibilidades de quedarse. Después llegarán más manifestantes de otros estados, con el propósito de seguir en el plantón el tiempo que sea necesario.

A lo largo del campamento se observan pancartas de Chiapas, de Guanajuato, del Estado de México. Algunos inconformes rezan en grupos y otros rechazan dar entrevistas.

Entre las personas que pasan por la zona, algunas se quedan indiferentes, otras se acercan a preguntar por la protesta y solo unas cuantas lanzan críticas y descalificaciones como “¡Ridículos!”.

A pesar de ello y del rechazo que generan entre los seguidores del presidente, los manifestantes recalcan que no piensan moverse, sino seguir firmes en su intención de llegar al Zócalo y de exigir la renuncia de López Obrador.