Reforma laboral: ¿Quiénes ganan, los trabajadores o los sindicatos?
CIUDAD DE MÉXICO (ADNPolítico).- La democracia sindical es una de las columnas de la reforma laboral. Voto personal, libre y secreto para elegir a dirigentes sindicales, no retención de cuotas, transparencia financiera y revisión de contratos colectivos en un plazo no mayor a cuatro años son algunas de las modificaciones incluidas en el dictamen, aprobado este jueves en la Cámara de Diputados y próximo a discutirse en el Senado.
Pero, ¿quiénes ganan con este nuevo panorama? ¿Los sindicatos o los trabajadores? Los especialistas coinciden: los triunfadores son los empleados, aunque señalan que, para rendir verdaderos frutos, este cambio debe ir acompañado con una verdadera cultura sindical.
"La reforma está destinada a terminar con los líderes vitalicios que trabajan a espalda de los trabajadores, que negocian con los empresarios, que comprometen al sector que representan y que ganan jugosas utilidades. Por este tipo de acciones, podemos decir que regresaron a los trabajadores sus sindicatos", dice Alfonso Bouzas, especialista en materia laboral e investigador de tiempo completo en la UNAM.
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El pase de estafeta conlleva un desafío: que los trabajadores sean capaces de adueñarse con madurez de las organizaciones. De acuerdo con los especialistas, los empleados deben jugar un rol más protagónico, exigir rendición de cuentas, no caer en la manipulación, presentar propuestas creativas y renovadoras, así como trabajar verdaderamente a favor de sus intereses.
Germán de la Garza de Vecchi, abogado laboral y socio del despacho legal Mowat, considera que si los empleados no actúan así existe el riesgo de que sean manipulados.
"Si los trabajadores no toman decisiones de manera madura y consciente, particularmente en cuestiones de conflicto, pueden ser manipulados por parte de grupos que buscan beneficiarse de cierta forma. Eso puede derivar en un incremento de conflictos sindicales", agrega.
La académica de la Universidad Inercontinental (UIC) Verónica Santos Méndez señala que se debe crear conciencia tanto en los trabajadores como en los patrones, y caminar hacia una nueva cultura sindical que beneficie a todos, pues no se trata de que ahora el trabajador pueda estar encima del patrón.
"(Se debe) crear esa conciencia de unión, dejar de pensar que son fuerzas antagónicas o encontradas, porque así no vamos a lograr una productividad, ni avance económico y competitividad internacional. Se necesita crear una verdadera cultura sindical", comenta.
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Avances... y riesgos
Para Bouzas, uno de los aspectos prioritarios de la reforma es que ya no habrá retención de cuotas sindicales por parte del empleador. "Aquel trabajador que diga ahora 'no quiero que me detengas cuotas sindicales', el patrón va a tener que dejar de retenerlas. El empleado llegará a un acuerdo directamente con el sindicato", explica.
Otro beneficio para los trabajadores es que podrán elegir en qué sindicato estar o separarse sin sufrir represalias, así como elegir a sus dirigentes, lo que conlleva también una responsabilidad.
"Eso finalmente es democracia sindical, es la democratización de los sindicatos, es una forma en la cual los trabajadores implementan su libertad sindical y eligen a sus dirigentes sindicales, pero no solamente es elegir a sus dirigentes sino saber de qué se trata o en qué los van a representar, lo que se busca es terminar con el famoso charrismo o con sindicatos blancos", señala la investigadora de la UIC.
Hugo López Medrano, profesor en la Escuela de Ciencias Sociales y Gobierno del Tec de Monterrey, considera que un aspecto negativo, y que quedará como asignatura pendiente, es la libertad explícita de que la persona decida no formar parte de ningún sindicato.
"La libertad de asociación tiene tres variantes. Una, la libertad de que te quieras afiliar al sindicato que gustes sin ninguna consecuencia legal. La segunda es la libertad de pertenecer a un sindicato. Y el punto más importante es poder separarte de un sindicato sin alguna consecuencia legal, o incluso no querer afiliarte. Con la reforma propuesta, se reconocen las dos primeras, pero no se quiso reconocer de manera expresa la tercera, que el trabajador tiene la libertad de poder decir 'no me sindicalizo'", dice Óscar de la Vega, socio director De la Vega & Martínez Rojas.
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Los expertos advierten de otro riesgo: la modificación al artículo 360 de la Ley Federal del Trabajo, que abre la puerta a que se creen sindicatos no estipulados actualmente y que rompe el candado que delimitaba ciertos tipos de agrupaciones.
"Lo peligroso es que ahora estos sindicatos independientes comiencen a darse cuenta de lo jugoso que es ser un representante sindical y perder de vista del objetivo que es el sindicato como tal", dice Santos.
Por el momento, la reforma solo toca al apartado A de la legislación laboral, es decir, lo relativo a trabajadores y sindicatos de empresas privadas, no a los sindicatos de trabajadores del Estado, como el de maestros o el de petroleros.
Con información de Ivonne Vargas.