CIUDAD DE MÉXICO (ADNPolítico).- Hace 88 años, Mary Anne MacLeod, madre de Donald Trump, llegó a Estados Unidos con 50 dólares en la bolsa, proveniente de su natal Escocia. Ese hecho, el que el presidente estadounidense provenga de una familia de migrantes, hace que Alexander Quintanilla, un joven salvadoreño que forma parte de la caravana que partió de Honduras en octubre, no pierda la esperanza de poder ingresar a EU en busca de un mejor futuro.
Junto a su hermana y su cuñado, Alexander salió de El Salvador para huir de la violencia provocada por las maras, pandillas que han colocado al país como uno de los más violentos del mundo, de acuerdo con el Índice de Paz Global.
"Mis padres mejor me dijeron que me viniera, porque pues allá es un fracaso. Soy menor de edad y si me quedaba iba a ser la muerte (...) Dicen que los papás de él (Trump) fueron inmigrantes, que no eran estadounidenses, igual todos tenemos necesidad para trabajar y tener un buen futuro para nuestra familia", dice el joven de 19 años.
Oneida López, de 35, quien se sumó al grupo de Alexander en el trayecto, reconoce que el camino no ha sido fácil, sobre todo en los recorridos de más de 35 kilómetros que han tenido que hacer a pie, pero el recuerdo de sus tres hijas la mantiene en pie.
"A veces se cansa, pero ahí vamos echándole ganas, solo para adelante, nada para atrás, nada de regreso", dice.
Para ellos, volver a sus países no es opción. No solo temen a la violencia, también a la falta de oportunidades, al desempleo o a salir del trabajo y ser despojados de sus pertenencias.
"No quiero regresar a Honduras de nuevo, la mayoría somos jóvenes, porque los jóvenes se están muriendo, si nosotros hacemos huelgas por empleo nos tiran gases, explosivos, toda la policía de Honduras está en nuestra contra", señala el hondureño Elías Villanueva.
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“México también tiene peligros”
Para la mayoría de quienes integran la caravana migrante, la meta es EU. Sin embargo, conforme pasan los días, algunos migrantes han puesto la mira en México. Pero no todos: hay quienes recuerdan que también es un país marcado por la violencia.
"México es algo peligroso, igual que nuestro país. Nosotros vemos que Estados Unidos es un país más desarrollado", dice Elsa Rivera, de 26 años, quien viaja embarazada junto con su esposo y su hijo.
De hecho, en el Índice Global de Paz, la situación de México frente a los países de donde viene la mayoría de los migrantes a los que ahora da cobijo es peor, pues ocupa el lugar 142, mientras que Honduras, El Salvador y Guatemala están en el 106, 115 y 117, respectivamente.
José David Mejía, de 20 años, es otro de los jóvenes que tienen presente la situación de violencia que vive México. Una imagen que lo acompaña durante el trayecto es aquella confrontación con la Policía Federal que dejó una persona muerta.
"Allá en la frontera con México nos atacaron hasta con gas, se murió un niño y eso no es justo, a mí me dolió, pero era un bebé. No era de mi familia pero a mí me dolió. Murió porque la policía nos tiró gas", dice.
Para él, el objetivo es España, y por eso en su camino va preguntando por periodistas de aquella nación que le informen cómo es la situación allá, qué necesita para que lo reciban. Quiere alcanzar a una novia que tuvo, pero para emprender su camino él solo.
Ángel Echeverría y Mariela Velázquez son una pareja que ve en México una mejor oportunidad para salir adelante, pero sus razones para seguir el camino hacia EU son sus familiares. Ambos tienen hermanos que ya residen allá y dicen que los esperan con los brazos abiertos.
"Hay bastantes oportunidades aquí, pero tengo dos hermanas allá, y si la vida me da la oportunidad, pues mejor llegar allá", dice Ángel mientras Mariela lo secunda.
Es el segundo día de estancia de la caravana migrante en la Ciudad de México, donde hasta la tarde de este martes todavía llegaba gente procedente de Puebla y de otros estados del sur del país, los planes inmediatos para algunos son inciertos. Mientras tanto, en la frontera sur de EU el despliegue para evitar su entrada ya comenzó.
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