El gobierno trató de callarme con dinero: Santiago Nieto

Santiago Nieto, extitular de la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Electorales (Fepade), dijo en entrevista con The Wall Street Journal que fue destituido en octubre pasado porque había iniciado varias investigaciones relacionadas al caso Odebrecht y sobre supuestos casos de financiación ilegal en las elecciones estatales.

Se trata de la primer entrevista extensa que Santiago Nieto concede tras su salida de la Fepade luego de que en una entrevista con el diario Reforma diera a conocer que el extitular de Pemex, Emilio Lozoya Austin, lo había presionado para que declarara públicamente su inocencia en relación a los supuestos desvíos de Odebrecht a la campaña presidencial del PRI de 2012.

Exfuncionarios de Odebrecht han dicho bajo juramento a los fiscales brasileños que para asegurar los contratos del gobierno mexicano para su empresa pagaron 10 millones de dólares en sobornos a Emilio Lozoya mientras él formaba parte del equipo de campaña de Enrique Peña Nieto. Lozoya ha negado estas acusaciones.

Santiago Nieto dijo a The Wall Street Journal que poco antes de su despido había solicitado información bancaria de las Islas Caimán, así como declaraciones juradas y otra documentación de las autoridades brasileñas para decidir si existían motivos para presentar cargos contra Lozoya Austin.

Según la misma versión de Santiago Nieto, un alto funcionario de la Secretaría de Gobernación lo convocó en un hotel donde le dijo que el gobierno de Enrique Peña Nieto quería mantener una buena relación con él y como gesto de buena fe, le ofreció dinero.

"Intentaron comprarme para que guardara silencio", dijo Nieto. "Yo solo dije: 'Lo siento, pero no puedo recibir dinero de Peña Nieto'", agregó.

El funcionario de Gobernación, Jorge Márquez, quien ya no trabaja en el gobierno, confirmó a The Wall Street Journal que conoció a Nieto, pero negó haberle ofrecido dinero. El portavoz presidencial Eduardo Sánchez, se negó a comentar a su vez sobre las acusaciones.

Nieto afirmó que los esfuerzos por silenciarlo no terminaron ahí, ya que a su esposa le enviaron fotos de él con otra mujer, así como textos entre él y otras mujeres. Su matrimonio terminó por estas razones. Luego dijo que vino una serie de mensajes amenazantes a través de cuentas anónimas de Telegram.

Santiago Nieto y Emilio Lozoya

El exfiscal Santiago Nieto acaparó los reflectores de los medios de comunicación cuando en una entrevista con el diario Reforma el 18 de octubre de 2017 declaró haber recibido amenzas de Emilio Lozoya, exdirector de Pemex , quien según su versión lo presionó para que declarara públicamente su inocencia por presuntos desvíos de Odebrecht al Partido Revolucionario Institucional (PRI).

"Me envió una carta diciendo que quiere que yo haga un pronunciamiento público sobre su inocencia y me envía un currículum diciéndome quién es su papá, quién es su mamá, en dónde estudió. Nunca entendí esta parte", dijo Nieto al diario.

Dos días después de haberse dado a conocer esta entrevista, la Procuraduría General de la República (PGR) anunció la destitución Nieto por órdenes del encargado de la PGR, Alberto Elías Beltrán, debido a que violó el código de conducta del órgano.

"El referido servidor público transgredió lo dispuesto en el Código de Conducta de la Procuraduría General de la República. De esta manera, la Procuraduría reitera su compromiso de vigilar que las actuaciones de los servidores públicos sean apegadas a la legalidad y ética institucional", informó la PGR en un comunicado.

Horas más tarde, Nieto publicó en su cuenta de Twitter

Al día siguiente de la destitución de Nieto, Emilio Lozoya acusó al exfiscal de mentir e hizo pública la carta que le había enviado al exfiscal, además de le acuso de "usar la politiquería como el camino preferido".

El caso Nieto continuó en el Senado, donde el día 23 de octubre presentó su objeción a la remoción como titular de la Fepade y denunció presuntas irregularidades en su remoción como fiscal electoral.

Nieto enumeró varios “problemas jurídicos” en su salida, como el que no tuvo derecho a una audiencia para presentar pruebas a su favor, así como la falta de información sobre los motivos de su destitución.

Pero cuatro días, finalmente el exfiscal retiró su objeción ya que –dijo– no había condiciones para que regresara a la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Electorales debido a la polarización política que provocó su caso.

“No existen condiciones para que el suscrito, aun obteniendo la votación de la mayoría de los senadores presentes, desarrolle las funciones para las que fui designado, en razón de la polarización política que ha rodeado este procedimiento de corte constitucional y a la imposibilidad fáctica de regresar con la libertad de actuación anterior”, señaló en la carta.