Hombres armados atacaron este viernes a Miguel Ángel Córdova Ochoa, presidente municipal de La Concordia, Chiapas, y asesinaron a tres de sus escoltas en Tuxtla Gutiérrez.
La agresión armada ocurrió el mismo día en que Adán Augusto López se reunió con el gobernador de Chiapas, Rutilio Escandón, y mientras varios municipios de la entidad al sur de México viven horas de zozobra por la violencia desatada por grupos de la delincuencia organizada.
La Fiscalía General del Estado informó que se realizan todas las diligencias pertinentes para el esclarecer los hechos registrados a las afueras del Colegio Octavio Paz, en Tuxtla Gutiérrez, donde el alcalde se habría resguardado tras el atentado.
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La autoridad aseguró que los responsables no quedarán impunes.
Hasta la tarde de este viernes 9 de junio, autoridades no han dado detalles sobre el estado de salud del alcalde que logró salir con vida del ataque. Tampoco se han revelado las identidades de sus escoltas.
Autoridades estatales y federales acordonaron el lugar del ataque para iniciar con las investigaciones.
En las últimas semanas se han registrado múltiples hechos de violencia en Chiapas. En comunidades cerca de la frontera con Guatemala, la gente tuvo que dejar sus casas por los enfrentamientos constantes entre grupos vinculados a los cárteles de Sinaloa y Jalisco.
Autoridades desplegaron un operativo de seguridad para dar con los responsables. (Foto: Arturo Mijangos Moreno/Cuartoscuro)
Llaman a frenar la violencia en Chiapas
Varios miles de personas marcharon ayer en la Ciudad de México, en San Cristobal de las Casas y algunos otros lugares del país para exigir el cese a los recientes ataques llevados a cabo por grupos paramilitares contra las comunidades zapatistas en el sureño estado de Chiapas.
Además del cese de la violencia en una zona que se encuentra, según el propio movimiento zapatista, "al filo de la guerra civil", los manifestantes en la capital mexicana demandaron que el Ejército y las grandes multinacionales se retiren de los territorios de los pueblos indígenas de la región.
"Definimos la situación como de guerra civil por la manera en la que se están dando las cosas. Operan (en los territorios de las comunidades zapatistas) grupos paramilitares, el crimen organizado, la militarizada Guarda Nacional y las grandes transnacionales, que buscan alejar de las riquezas a los pueblos", lamentó en entrevista con EFE Diego García, miembro del Consejo Nacional Indígena.
Pese a que la violencia que han sufrido estas comunidades indígenas ha sido sostenida desde el levantamiento del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), en las últimas semanas se ha recrudecido el ambiente.
El pasado sábado, al menos siete personas fueron asesinadas y tres heridas en un ataque armado orquestado contra miembros de las comunidades zapatistas en Chiapas, en el momento en que se estaban siendo desplazadas forzosamente de sus territorios.
"Han querido intimidar a nuestros compañeros zapatistas, y por eso marchamos, para decir alto a la guerra", resumió Anselma Margarito, una joven perteneciente a la comunidad otomí residente en Ciudad de México.
Los manifestantes, que marcharon desde el Ángel de la Independencia hasta el Zócalo capitalino -donde se encuentra el Palacio Nacional, residencia del presidente Andrés Manuel López Obrador- también criticaron la inacción del Gobierno frente a los recurrentes ataques contra los zapatistas.
"El Gobierno no debe hacer oídos sordos, la omisión es a veces lo peor. Es el momento para que le Gobierno federal impida un derramamiento de sangre", exhortó Darío Espinosa, bajista del icónico grupo mexicano Panteón Rococó, cuyos integrantes son férreos defensores del movimiento zapatista.
Chiapas resiste
En San Cristóbal de las casas, activistas, simpatizantes del EZLN y organizaciones defensoras de los derechos humanos se manifestaron en la Plaza de la Resistencia para exigir un alto a la guerra.
Bajo una tarde soleada y lluviosa, los manifestantes que acudieron a la cita se pronunciaron en contra de las agresiones que realizan los paramilitares en diferentes caracoles del estado de Chiapas, así también exigieron la libertad de presos políticos.
Los manifestantes colocaron mantas y portaron pancartas con leyendas que se podía leer: "alto a la guerra contra los pueblos zapatistas"; "si tocan a uno tocan a todos"; "8 de junio acción global, no a la guerra"; "garantizar la salud para el compañero Jorge, atención y tiempo necesario".
Diana Itzu Luna, activista de la organización Lucha Contra el Olvido y la Represión, dijo a EFE que grupos paramilitares están amedrentando a la juventud zapatista.
"Sabemos que la lucha ahora es civil y pacífica, es una lucha por la vida, el EZLN pues no esta planteando la lucha armada si no todo lo contrario”, dijo la mujer
La marcha se llevó acabo de manera pacífica y concluyó con una pequeña manifestación frente al escenario donde horas después tendría un concierto el pianista Arturo Aquino.
