#Crónica| Entre cenizas y polvo, Tlahuelilpan busca respuestas tras la explosión
Tlahuelilpan, HIDALGO (ADNPolítico).– Eran las cinco de la mañana y el frío calaba los huesos, pero el olor a quemado y a muerte lo hacían aún más en los pobladores que buscaban a sus familiares en la zona donde horas atrás había explotado una toma clandestina.
Bidones, tambos, cubetas –algunos aún llenos de gasolina– permanecían en el lugar. Todos habían sido usados para 'aprovechar' la fuga del ducto Tuxpan-Tula de Pemex. Al sitio llegaron más de un centenar de personas no solo de la comunidad de San Primitivo sino de muchas otras localidades aledañas: El Huitel, La Loma, Teltipan, Munitepec...
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La noticia de la fuga se extendió rápido durante la tarde del viernes a través de las redes sociales y de boca en boca. Ya entrada la noche, militares, helicópteros, patrullas, ambulancias, era lo único que se veía y oía por las calles.
Durante el sábado, los zapatos quemados, las prendas de ropa 'achicharradas', carteras, llaveros, anillos eran testigos de lo ocurrido y una pieza fundamental para los peritos ministeriales. Estas pertenencias serían precisamente las que serían identificadas por algunas personas que aguardaban a respuestas mientras permanecían envueltas con cobijas, rebozos o chales.
Casi cenizas, casi polvo, así quedaron algunos de los cuerpos.
Según cifras oficiales dadas a conocer por el gobernador Omar Fayad –en el corte de las 18:00 horas del sábado– las víctimas ascienden a 73 fallecidos y 74 heridos, entre ellos menores de edad.
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El ‘huachicoleo’ como cotidianidad
En San Primitivo, el 'huachicoleo' era parte de la cotidianidad, según confesaron pobladores consultados por ADNPolítico que pidieron no ser identificados. Ese ducto, dicen, tenía muchos 'piquetes'. De hecho, comentan, no era la primera vez que una explosión se había registrado.
Pese a que el lugar se encontraba acordonado por elementos de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), de la Policía Federal, de la Policía Estatal y de la Marina, los curiosos, medios de comunicación y familiares pudieron acercarse sin problema.
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Nadie ni nada impidió acercarse al sitio, una situación similar a lo que –según contaron los mismos pobladores consultados– ocurrió el viernes cuando muchas personas decidieron llenar sus recipientes de gasolina pese a la presencia de militares.
"Yo solo vengo a ver. Ayer pasé por la noche y vi mucha gente en la carretera que se estaba quemando. Un joven le decía a otro: ‘tírate, arrástrate'. Esto aquí era una carnicería”, contó una mujer que también se reservó su nombre.
En busca de respuestas
Al medio día del sábado más y más personas arribaron, algunos con atole y tamales que ofrecían a las personas, otros con fotografías y actas de nacimiento en mano, buscando encontrar a sus seres queridos luego de buscar por todos los hospitales de la región y no hallar respuestas.
Una mujer con una fotografía en la mano recorrió el lugar en busca información para dar con el paradero de su hijo, quien este sábado cumplía 43 años.
"Su mejor regalo fue que se lo obsequiara al Señor", dijo entre sollozos.
Una zanja que cruzaba la milpa se convirtió en la esperanza de que más personas fueran halladas, por lo que cuando las más de 20 carrozas fúnebres que arribaron a la zona se llevaban en su interior algunos cuerpos, los pobladores corrieron para impedirles el paso.
La gente pedía saber con exactitud a dónde los llevaban, que se abriera la zanja, que no se hiciera un negocio con los servicios funerarios y reclamaban también un trato debido a los cuerpos 'levantados'.
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Las autoridades estatales explicaron el procedimiento: los cuerpos serían llevados a la funeraria El Ángel, en Tula, pero si ellos aún no hallaban a sus tías, hermanos, primos, hijas y no tenían certeza de dónde estaban debían ir al ministerio público de Mixquiahuala o al albergue habilitado cerca de la presidencia municipal. Posteriormente, atendieron sus demandas para que dos o tres personas pasarán a abrir la zanja de riego.
Muchos familiares comenzaron a retirarse del lugar, pero la búsqueda y la esperanza por hallar a sus seres queridos aún no termina.