El éxodo de 105 personas revive el tema de los desplazados en Guerrero
La violencia en el municipio de San Miguel Totolapan, en la región de Tierra Caliente de Guerrero, recientemente desplazó a 105 personas durante un lapso de apenas 22 días, en un hecho que revive el problema de los ciudadanos que se ven forzados a abandonar sus hogares en la entidad y en el país .
Esta vez, las familias que huyeron de dos poblados de la localidad explicaron que su partida se debió a las amenazas y a los constantes enfrentamientos entre dos grupos criminales, así como al temor que les causó la formación de una supuesta policía comunitaria.
La salida de las primeras 13 personas ocurrió la mañana del 20 de marzo. Ocho niños, cuatro mujeres y un adulto mayor dejaron la comunidad de San Bartolo, que ahora es una zona vacía.
El vocero del Grupo de Coordinación Guerrero, Roberto Álvarez Heredia, dijo entonces que aquel poblado fue “escenario de un enfrentamiento”, y que tanto la Procuraduría General de la República (PGR) como la Fiscalía General del estado están investigando hechos violentos relacionados con homicidios y secuestros.
Testimonios recabados en la zona indican que hubo una refriega entre dos grupos criminales, uno de los cuales era el de Los Tequileros. Además, señalan que desde mediados de 2017 estos incidentes ocurren casi a diario luego de la formación de una autoproclamada policía comunitaria.
El gobernador Héctor Astudillo, del PRI , ha reconocido que en esa región existe una pugna entre delincuentes y supuestos comunitarios, a quienes el funcionario considera como civiles armados.
La segunda salida de pobladores ocurrió la mañana del 11 de abril. Ese día, 92 personas abandonaron la comunidad de Laguna de Huayanalco, donde no solo dejaron sus viviendas, sino también cultivos y animales. Estos desplazados —entre los que hay mujeres y al menos 34 niños— también dicen temer a la presencia de grupos criminales y de la supuesta policía comunitaria.
Según informaron las autoridades, ambos éxodos fueron acompañados por el Ejército y la Policía Estatal para resguardar a los desplazados.
“(El acompañamiento se dio) debido al temor de ser víctimas de la violencia que generan grupos delictivos enfrentados entre sí y que operan en esa zona… (Las personas) consideraban que estaban en riesgo de sufrir ataques por parte de los delincuentes”, dijo el vocero Álvarez Heredia.
Con pocas esperanzas de volver
El desplazamiento de personas por causa de la violencia en Guerrero empezó a registrarse en 2012 en diferentes regiones del estado. Hoy, el gobierno de Astudillo reconoce que la situación sigue siendo compleja, por lo que requiere “atención especial” en todos los aspectos, incluido el electoral.
Acerca de estos últimos episodios, el funcionario ha dicho que las 105 personas que tuvieron que dejar sus hogares solo podrán regresar a sus poblados si las condiciones lo permiten. De lo contrario —señala—, su administración buscará alguna otra solución.
“Hay que revisar con cuidado el asunto y, en su momento, buscar el regreso de los habitantes de esta comunidad, si es posible. Si no es posible, se va a buscar qué se va a hacer”, dijo recientemente.
Según el gobernador, la violencia en San Miguel Totolapan se debe a que se trata de uno de los municipios más grandes de Guerrero, donde existen amplias zonas de la sierra en las que se cultiva amapola , base para la goma de opio y la producción de heroína. Esto origina pugnas entre grupos delictivos, así como entre estos y los autodenominados comunitarios.
A pesar de ello, Astudillo y su equipo han insistido en que este tema no debe acaparar toda la atención pública, porque esto opaca las “cosas buenas” de la entidad.
“Por favor, tómenlo como se los estoy diciendo (…) Yo lo que les digo es que los convoco a que digan cosas buenas de Guerrero, porque Acapulco vive del turismo”, dijo recientemente.
Las cifras no oficiales
Las autoridades hasta ahora solamente reconocen estos dos últimos desplazamientos. Sin embargo, los propios afectados —quienes se encuentran en un albergue— refieren que suman ya 30 pueblos abandonados en seis años, debido a los enfrentamientos entre el grupo dirigido por un hombre identificado como El Pez y el encabezado por Raibel Jacobo, El Tequilero, al que se vincula con secuestros masivos en la región.
Desde 2012 se han registrado desplazamientos de familias en comunidades como La Laguna y Puerto Las Ollas, así como en Santa María, Santa Fe, El Guayabo, El Cubo y El Terrero. En estos dos últimos pueblos, algunas personas han regresado, pero de manera parcial.
En el terreno electoral, la violencia también empieza a afectar el proceso en marcha. El Instituto Nacional Electoral (INE), por ejemplo, decidió no instalar 10 casillas en las regiones de Tierra Caliente y Centro, aunque sus funcionarios argumentan que es una cifra menor si se compara con las 5,000 que serán instaladas el próximo domingo 1 de julio.
“Las (10) casillas son en todo el estado. Tenemos personas que han abandonado sus comunidades”, dijo Dagoberto Santos Trigo, delegado del INE en Guerrero, quien aseguró que el organismo en general está avanzando en los preparativos para los comicios.
A nivel federal, los guerrerenses votarán para elegir diputados y senadores. A nivel local, lo harán para renovar Congreso y alcaldías.