La coincidencia entre algunas de las autoras que participaron en los textos y en la presentación del libro es que la violencia hacia las mujeres todavía prevalece y aún falta mucho por avanzar, sin embargo también resaltan que es una responsabilidad compartida en la que se tiene que trabajar en conjunto.
“Mandar se nos hace difícil”, reconoce Cecilia Soto, una de las mujeres que abrieron camino para la llegada de una presidenta al ser una de las primeras candidatas a este cargo.
La diversidad de las voces que participaron en estas letras hacia la futura presidenta representan las distintas agendas de las mujeres mexicanas: el sistema de cuidados, violencia de género, educación, igualdad salarial y muchos temas más.
“Lo que demandamos las mujeres y también los hombres son políticos y políticas que amen al pueblo, que se duelan de lo que nos pasa, que se conmuevan de lo que claramente nos pasa (...) no pido que sea la más inteligente o capaz, pero sí aspiro que sea una líder empática que se rodeé de una representación plural”, asegura la activista Zaira Zepeda, entre una de las varias expresiones que resuenan.
Elena Ríos, la saxofonista que impulsó una ley contra los ataques de ácido que ella misma sufrió, pidió a la próxima presidenta de México que “no permita que un grupo de hombres gobierne sus sueños, gobierne sus decisiones, que no permita que a lado de ella se agrupen agresores” como quien la atacó a ella.
En la presentación participaron una decenas de las autoras, entre ellas Graciela Báez, Marcelina Bautista, Sissi Cancino, Tatiana Clouthier, Altagracia Gómez, Olga Sánchez Cordero, Marta Lamas, Marina de Tavira, Viri Ríos, Consuelo Sáizar, Sabina Berman, Ana María Olabuenaga y la editora de Expansión Política, Mariel Ibarra.
El cierre del evento se dio en voz de la cantautora Vivir Quintana. Con su guitarra, entonó “ compañera, presidenta”.
“Que te duermas sin deberle la justicia, a las madres que buscan a sus hijas”, se escuchaba entre las miradas de las mujeres llenas de ilusión.
