Jorge Triana, el diputado que usa la sátira para 'tirar' iniciativas absurdas
Esta es la historia de un diputado que un día decidió saltar de la tribuna para denunciar las cosas que no funcionan bien en la administración pública, la Cámara de Diputados, los congresos locales y los ayuntamientos. Pero en lugar de hacerlo en la tribuna, como tradicionalmente haría un político —con discursos, denuncias y confrontaciones— apostó por YouTube y a través de la sátira política.
El diputado panista Jorge Triana, de la mano del tuitero Vampipe y la actriz Laisha Wilkins, lanzó en abril pasado “UrnasxOtras” , un programa en el que participa no solo en la producción sino también como protagonista, con la intención de que los ciudadanos puedan hacer conciencia de problemáticas que él mismo ha detectado desde su posición como legislador.
La serie lleva cuatro capítulos, en los cuales el ahora candidato al primer Congreso de la Ciudad de México pone en evidencia el derroche de recursos —casi 5 millones de pesos— en iniciativas y decretos que él califica de absurdos . También señala lo onerosa y extensa que es la burocracia e incluso da un diagnóstico de un mal que acecha al país y que él mismo ha llamado “epridemia”.
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En ADNPolítico platicamos con él sobre esta nueva faceta y esto nos contó:
De diputado a ‘youtuber’, ¿cómo dio ese giro a su trabajo?
(Vampipe y Laisha Wilkins) me invitaron a participar, en primera instancia en la parte creativa, o sea que les pudiera dar algunos datos políticos, explicarles cómo estaba la situación política actual, darles alguna ruta de cómo abordarlo porque ninguno de los dos se dedica la política.
Me pareció muy atractivo el tema y acordamos que yo iba a tener una participación física, apareciendo a cuadro más allá del trabajo creativo o de producción en particular para dar cuenta de todo lo que aprobamos aquí en la Cámara de Diputados y que no sirve absolutamente para nada.
¿Qué es eso que no sirve?
Iniciativas absurdas, les llamamos. Son iniciativas que se presentan y que no sirven para nada, que no abonan para nada al país teniendo tantas necesidades: decretos de días absurdos como el Día de la Higiene Íntima Femenina, el Día de la Abeja, etcétera.
Y a nivel local existen iniciativas absurdas como prohibir la venta de elotes el 15 de septiembre, en San Luis Potosí; la venta de cerveza fría y una serie de medidas que no sirven para nada y que solamente son para justificar el trabajo y el presupuesto.
¿Cuál es el costo de estas iniciativas absurdas para los mexicanos?
Lo más grave es esta parte del presupuesto porque, haciendo un prorrateo del presupuesto que se aprueba para el Congreso de este país, cada iniciativa aprobada en la Cámara cuesta 4.7 millones de pesos a los impuestos de la gente.
Entonces imagínate: el Día de la Abeja le costó a los bolsillos de la gente 4.7 millones de pesos, ¿en qué le beneficia? A lo mejor a las abejas en mucho, no lo sé. Pero, ¿de qué nos sirve conmemorar un día?
¿La tribuna de la Cámara le sirvió a Triana de ensayo?
Creo que la tribuna es un buen ensayo para este tipo de cosas y creo que ahí también se nota qué tan acartonado es un político. Yo creo que la gente lo que busca son políticos de carne y hueso, políticos que les hablen en su idioma, políticos que sepan expresarse de una manera mucho más amigable y que no les hable en términos técnicos, con retórica y hablando de autores clásicos o diciéndoles mentiras. Hay que decirles las cosas como son.
¿Qué tan efectivo crees que sea este medio para llegarle a la gente?
Si yo salgo a decir que hay prohibiciones absurdas la gente va a salir a decir ‘tú eres parte de las prohibiciones absurdas’, pero si yo salgo y lo digo de una manera más cercana, mucho más ágil, mucho más amigable con la gente, a lo mejor podemos sensibilizar. La gente no sabe cuánto le cuesta la aprobación de una iniciativa, me parece que estamos perdiendo el tiempo aquí en la Cámara de Diputados aprobando cosas inútiles, habiendo tantas necesidades.
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¿Cómo ha votado Triana estas iniciativas?
En contra. He votado todos los días nacionales en contra. De hecho, no entiendo por qué tenemos que aprobar los días nosotros. Son decretos y me parece que estamos excediéndonos de decretos, de reformas absurdas. Por ejemplo, para el tema de cambiar el nombre del Distrito Federal por el de Ciudad de México, todo eso lleva un proceso legislativo desde comisiones, discusión, aprobación, votaciones, posicionamientos, todo eso lleva tiempo, lleva dinero y es con cargo a la gente.
¿Cuál es la iniciativa o decreto más absurdo que se ha aprobado?
¡Híjole, está muy reñida! (...) Aquí en la Cámara de Diputados hemos aprobado días que son la cosa más, en serio, inverosímil, que hasta da coraje, que en el fondo uno puede estar de acuerdo que hay que sensibilizarse sobre el tema, por ejemplo, el Día de las Personas de Talla Baja. Yo creo que son víctimas de discriminación, les cuesta trabajo entrar al mercado laboral, estoy de acuerdo con eso, pero estamos gastando muchísimos recursos de los impuestos de la gente para conmemorar un día que yo creo que no va a servir de mucho.
Pero eso fue algo por lo que la gente de talla baja luchó, ¿no es ir contra ellos?
Estoy completamente de acuerdo con su lucha, yo los apoyo, pero ese recurso se podría traducir quizás en investigación, en incentivos fiscales para las empresas para que los contraten, en cuestiones ya palpables y concretas.
Incluso el tema de las abejas podría sonar absurdol, pero es un tema importante porque las abejas se están acabando, pero no se soluciona con un día. Me parece que el decretar un día no debería ser materia legislativa. Eso debería hacerlo el Ejecutivo, debería hacerlo la Secretaría de Gobernación o alguna otra instancia.
En el programa hace el diagnóstico de una ‘epridemia’ que afecta a la clase política, ¿hasta dónde llega?
Lo primero que quisimos hacer era ver cómo estaba infectado el huésped, el presidente de la República, todos estos síntomas que tenía: pérdida de concepto de la realidad, de la noción geográfica porque no sabe cuál es la capital del estado de Guanajuato, toda esta parte; pero nos dimos cuenta de que no solo es el presidente de la República. Él es el más visible, pero la ‘epridemia’ ya se contagió a políticos de todos los partidos y ya se contagió a políticos de todos los estados (...)
Yo creo que esta ‘epridemia’ que tiene mucho sentido ya se expandió, o sea, esta ‘epridemia’ desde nuestro punto de vista es cultural y es estructural, no es un problema de la clase política exclusivamente y esto hay que explicarlo y hay que explicarlo de esta forma.
¿Qué opinas de los políticos que hacen comedia que parece involuntaria, como Vicente Fox?
Esos políticos le ponen sal y pimienta al actuar diario. Fox y este... el que robaba poquito, ahí en Nayarit, el propio López Obrador tiene unas ocurrencias muy buenas, pero creo que hay una línea divisoria muy delgada entre lo que es un político que sabe manejar la sátira, que sabe manejar la ironía y aquel que pierde seriedad, que desgasta su investidura.
El propio Enrique Peña Nieto es otro cómico involuntario y no es porque él le quiera dar frescura a su discurso, sino porque comete pifias, comete errores que hacen que pierda seriedad su trabajo.
Por último, ¿quién es el ‘youtuber’ favorito de Triana?
A mi me encantan los Youtubers. Yo creo que vinieron a modificar todo, sobre todo los youtubers que tienen que ver con política. Obviamente los clásicos: Chavira, Chumel Torres y, en su momento, Callo de Hacha. Hay muchos, el propio Vampipe, que no es Youtuber, pero hace memes y toda esta serie de cosas, hay uno que se llama Tumbaburros que me parece que es muy bueno, uno que se llama León Capitalista.
Creo que la parte fresca de la política se está trasladando a las redes sociales, donde se va a tener más influencia, sobre todo con los jóvenes. Si tú no hablas ese idioma con los jóvenes, difícilmente vas a poder romper esa brecha entre representante y representado.
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