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#Crónica: La noche que Xóchitl Gálvez durmió en un campamento

Quien fue delegada de la Miguel Hidalgo perdió su casa en una apuesta. Ahora se queda en las casas de habitantes de las zonas en donde hace campaña para llegar al Senado.
mar 24 abril 2018 07:57 AM

Un Jesucristo de yeso, las imágenes de las vírgenes María y de Juquila, así como el Santo Niño de Atocha, son testigos de que Xóchitl Gálvez sí cumplió.

Es 11 de abril y comienza a caer la noche. Familias completas de los campamentos de La Montada —pequeños cuartos hechos a base de block, madera y láminas—, en Chinampac de Juárez, delegación Iztapalapa , comienzan a concentrarse en el primer patio.

No es fácil que una persona ajena acceda a este sitio, pero la organizadora de la reunión, Lucía Ibarra, convence a los habitantes de escuchar a Gálvez. ¿La promesa? Que es la indicada para ayudarlos a obtener una vivienda digna cuando llegue a ser senadora, cargo al que busca llegar como candidata plurinominal de Por México al Frente (PAN-PRD-MC).

Desde una computadora instalada en un cuarto adecuado como caseta de vigilancia, se observa el arribo de la hidalguense. Llega pedaleando en su folclórica bici que ha llamado la Xochicleta. A su lado, algunos de sus colaboradores lo hacen en una camioneta tipo Van, misma que Gálvez ocupa como clóset.

Busca cercanía
Gálvez dice estar convencida de que vivir una noche lo que viven familias de las zonas populares es una forma de entender sus necesidades.

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De casa en casa

"Hoy simplemente empieza la noche. No sé quién me vaya a dar cobijo", comenta casi al final del pequeño mitin. Nadie alza la mano para ofrecer su cama o un pedazo de espacio en su casa.

Gálvez tiene a su lado una pequeña maleta verde como muestra de que su petición de quedarse en un domicilio ajeno va en serio.

Emprendió esta estrategia de dormir de casa en casa desde el 30 de marzo —cuando arrancaron las campañas— bajo el argumento de que no tiene dónde hospedarse, debido a que vendió su casa a consecuencia de que apostó deshacerse de ella si dejaba la jefatura de la delegación Miguel Hidalgo antes de acabar su periodo para irse de candidata.

"Muchos (políticos) me decían: 'No cumplas. No pasa nada. Tú di que la regalaste y que no la vas a vender'", confiesa a los presentes al momento de explicarles por qué se ha quedado en casas ajenas. Ella dice que la palabra "vale mucho" y que por eso no se dejó influenciar por sus amigos.

Además, está convencida de que vivir una noche lo que viven familias de las zonas populares es una forma de entender sus necesidades.

Por la venta de su vivienda —ubicada en Lomas de Chapultepec—, aseguró a ADNPolítico que donó 6 millones de pesos para niños de escasos recursos del Colegio Salesiano.

Su esposo sigue sin perdonarla y le ha exigido el pago de 50% del valor de la casa, ya que él no estuvo de acuerdo en la apuesta.

La noche con los santos

"Esta casa está muy bien. Es la mejorcita que nos ha tocado", dice al momento de ingresar a la vivienda que Lucía le consiguió. No tiene número y se ubica al fondo del campamento. Es la única que está repellada.

Es de dos piezas, tiene una sala grande y el cuarto donde se quedará Gálvez. En la pared destacan al menos cuatro imágenes religiosas que parecieran tener la función de vigilar si la abanderada cumple su palabra.

En la entrada de la pieza hay una pequeña mesa. Encima se ubica una enorme televisión que, por la caja recién desempacada que está en la sala, se entiende que apenas se compró.

"No sé si la compraron especialmente porque ya sabían que me iban a prestar este cuarto. Lo que es verdad es que la gente es buena, te da lo mejor que tiene. Te dejan su cuarto, se quitan el bocado de su boca para dártelo", dice la candidata al narrar anécdotas de cómo ha dormido en casas ajenas estos días.

El otro día, dice, una señora de la tercera edad que vive sola con su nieta en Iztapalapa mandó por leche y un panqué para darle de cenar a ella y a su asistente, Isabel Vita, que la acompaña en las noches.

También contó que otro día que pidió posada, un señor le ofreció quedarse con él.

"Ahí sí la pensé. Le dije: 'Oiga, si mi marido se entera. ¡No!, me dijo, vivo con mi mamá'. Así sí”.

El día más dramático que ha tenido, cuenta, fue el 5 de abril, cuando recibió la mordida de un perro en la colonia Las Palmas de la delegación Magdalena Contreras. El incidente la mandó al hospital. Esa noche regresó a la casa del dueño del animal, que fue donde se quedó. Le tocó dormir en medio de otros 12 perros.

Esta noche en Iztapalapa, Gálvez desempaca: dos mudas de ropa, un botiquín, una toalla, artículos de aseo personal, cargadores de todo tipo. Es todo lo que lleva consigo en el momento.

Solo los santos sabrán si esa noche ocupa las cobijas que le ofrecieron, ya que más tarde sus colaboradores bajarán de la Van sábanas, cobijas, una caja de cosméticos y una maleta rosa.

Se alista
La candidata desempaca sus cosas en un cuarto que le prestaron en Iztapalapa.

Un hermano militar que busca cuidarla

Jaime Xicoténcatl Gálvez es coronel del Ejército. Cuando la candidata comenzó con su idea de quedarse de casa en casa durante la campaña, fue el primero que se preocupó por su seguridad.

Le propuso mandar una avanzada para revisar si la casa que le ofrecen es segura, pero ella se negó.

"Tiene miedo que un día su hermana no aparezca", dice entre risas.

Él ocupa sus tardes para acompañarla y ver dónde se quedó, antes de regresar a casa.

"La misma gente la cuida. Hay zonas peligrosas, pero cuando la gente sabe que vas en buen plan te recibe con gusto, no hay problema", dice.

Un reto, el café y los problemas

Tras acomodarse en el cuarto que le han asignado, escucha las historias de La Montada. Recuerda que cerca de ahí conoció a Raymundo, un hombre de la tercera edad que quedó al cuidado de sus nietos porque a su hija la mató su yerno, quien después se suicidó.

"Cuéntenme cómo llegaron aquí", abre la conversación. Unas 50 personas se han acomodado en un círculo en sus sillas. En su mayoría, mujeres. Una de ellas ofrece regalar café para amenizar la noche.

Antes, Gálvez promete regresar cuando llegue al Senado para dar seguimiento a sus problemas. Lucía —la organizadora— promete que, si cumple, le regalarán una casa en el campamento.

La ingeniera les dice que no es necesario que le prometan eso, pero al final acepta. La casa que le regalen será para Raymundo, el hombre cuya hija fue víctima de un feminicidio.

Gálvez pide el voto en favor de los candidatos del Frente. Entre la palabra empeñada destaca que si Ricardo Anaya llega a ser presidente, les perdonará sus adeudos de luz. Algunos deben hasta 50,000 pesos.

"Borrón y cuenta nueva", afirma, y asegura que dará seguimiento a los trámites que se requieran para implementar una zona habitacional digna. Lucía, encargada de exponer los problemas, asegura que ya cuentan con un plan maestro para la construcción de casas y escuelas.

"Nosotros ya no queremos seguir siendo un traspatio de la Ciudad de México. Queremos una vida digna", dice Lucía, quien reclama que desde que Andrés Manuel López Obrador fue jefe de gobierno capitalino (2000-2005) no los apoyó.

Gálvez les garantiza que eso cambiará si el 1 de julio votan por ella, que va en fórmula con Emilio Álvarez Icaza; por Alejandra Barrales , que compite por la Jefatura de Gobierno local, y claro, por Ricardo Anaya.

Esto forma parte de la campaña que Gálvez realiza en Iztapalapa, una delegación considerada la joya de la corona de la CDMX debido al número de votantes que concentra: 1.4 millones de electores, es decir, 19% de los que hay en la capital.

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