Panteón histórico conmemora con ofrenda 100 años de la Revolución Mexicana
Poca gente lo sabe, pero el cuerpo del ex presidente Benito Juárez , uno de los liberales más prominentes que tuvo México en el siglo XIX, está enterrado en el Panteón de San Fernando, a pocos metros de la estación del Metro Hidalgo, en el Centro Histórico de la Ciudad de México.
Este 2010, que se conmemora el Centenario de la Revolución Mexicana , el panteón montó una ofrenda con 50 figuras de calaveras de tamaño natural que fueron caracterizadas como zapatistas llegando a la Ciudad de México del pueblo de Milpa Alta, donde alguna vez hubo un cuartel que apoyaba a Emiliano Zapata.
En México -donde el pasado 15 de septiembre también se celebró el bicentenario del inicio del movimiento de Independencia- es tradición que los últimos días de cada octubre y los primeros de noviembre se instalen altares en forma de ofrenda en sitios públicos y privados para conmemorar el Día de Muertos, con estilos que mezclan motivos prehispánicos con estilos contemporáneos.
En la ofrenda del panteón de San Fernando los espíritus de los zapatistas se detienen una noche antes de continuar con su lucha para ofrecer un tributo a los héroes de la Historia de México que están enterrados en él como Ignacio Zaragoza , Miguel Miramón, Vicente Guerrero y el propio Benito Juárez.
La muestra incluye escenas de las "calacas revolucionarias" mientras simulan preparar tortillas en comales, beber licores tradicionales y hacer limpias del lugar quemando copal.
Esta ofrenda, que estará montada hasta el 7 de noviembre, fue curada por el profesor Gerardo Romero Alvarado y los alumnos de la Fábrica de Artes y Oficios (Faro) de Milpa Alta prestaron su trabajo para construir las piezas que se muestran en la ofrenda.
El panteón de San Fernando, que estuvo en funciones de 1832 a 1871, es uno de los cementerios más antiguos de la Ciudad de México y símbolo de la arquitectura funeraria del siglo XIX en el país.
De hecho, el último muerto enterrado en ese panteón fue el propio Juárez, quien unos años antes lo había clausurado mientras se trasladaba la administración de los cementerios a manos del Estado laico.
El cementerio fue la primera morada mortuoria de personajes tan importantes como Ignacio Zaragoza y Vicente Guerrero, antes de que se trasladaran sus restos a Palacio Nacional.