Remodelar Bellas Artes cuesta sólo 3% más que la fiesta del Bicentenario
La remodelación de una de las piezas arquitectónicas más importantes de México, el Palacio de Bellas Artes, costará 688 millones de pesos, sólo un 3% más de los 667 millones que el gobierno mexicano gastó en una sola noche en la celebración del Bicentenario de la Independencia, el pasado 15 de septiembre.
Originalmente se dijo que la renovación del edificio, ubicado en el Centro Histórico de la Ciudad de México, costaría 400 millones de pesos y más tarde que el costo final sería de 637 millones.
Sin embargo, el martes pasado el secretario de Educación, Alonso Lujambio, anunció que el total de la remodelación costará 688 millones de pesos .
La inversión en el recinto consistió en actualizar algunos aparatos como las tramoyas, la tarima y el foso de la sala principal, así como mejorar la acústica del sitio e instalar un mecanismo computarizado para controlar la iluminación, el sonido y el telón, informó la agencia EFE.
"A partir del próximo 19 de noviembre (un día antes de la celebración del Centenario de la Revolución Mexicana) vamos a tener un Palacio para los próximos 50 años... va a ser una sala de conciertos mucho más cómoda que la que teníamos anteriormente y uno de los mejores escenarios del mundo", subrayó el funcionario.
La reapertura del Palacio de Bellas Artes es uno de los platos fuertes del Centenario de la Revolución Mexicana, cuyo inicio se conmemorará el 20 de noviembre.
Desde su apertura el 29 de septiembre de 1934, la sala principal del Palacio de Bellas Artes no había sido intervenida a profundidad.
Entre otros arreglos, el recinto requería una rehabilitaron la madera que viste por dentro la edificación, por lo que sustituyeron piezas dañadas y pusieron en marcha un sistema de vídeo para grabar los ensayos de las compañías de teatro, danza, ópera y música que ahí se presentan.
Aunque la capacidad del inmueble tuvo que ser disminuida, se corrigió también el declive típico de los escenarios antiguos.
El Palacio de Bellas Artes, obra del arquitecto Adamo Boari, comenzó su construcción en 1904, a petición del entonces presidente de México, Porfirio Díaz, pero no fue terminado sino hasta 1934 por el mexicano Federico Mariscal.
De acuerdo con lo declarado por las autoridades, para 2011 se contemplan más modificaciones en el exterior del palacio.