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Los mexicanos vieron pasar su historia por el Paseo de la Reforma

Carritos de pan, de camotes, adelitas, </i>Cantinflas</i>, Quetzalcóatl y miles de mexicanos desfilaron por Reforma en el Bicentenario
mié 15 septiembre 2010 09:30 PM
Bicentenario desfile Cont07
Bicentenario desfile Cont07

México inició su fiesta de cumpleaños con un desfile.

Este 15 de septiembre de 2010, cuando el país conmemoró el bicentenario de su Independencia, más de 7,000 voluntarios y 27 carros alegóricos recorrieron el Paseo de la Reforma, una de las principales avenidas de la ciudad de México.

El voluntario más pequeño tiene siete años; el mayor, 84.

El recorrido inició a las 17:45 horas, a la altura del monumento conocido como Diana Cazadora y, pese a la gran cantidad de personas que salió a las calles a festejar, el Gobierno del Distrito Federal (GDF) reportó que no hubo incidentes.

Miles de personas asistieron a ver el desfile. Según el más reciente cálculo del GDF, llegaron 60,000. Para conseguir un sitio en primera fila, algunos comenzaron a llegar al lugar casi seis horas antes del inicio del recorrido, de acuerdo con policías que vigilaban el acto.

Cada segmento representa periodos y aspectos de la historia de México: Independencia; Revolución e insurgencia; Prehispánicos; Colonia y barroco; Héroes y mitos; La gran nación mexicana; Cultura popular; Suave patria y Celebración de muertos.

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Los mexicanos vieron pasar 200 años de historia por el Paseo de la Reforma, representados por sus más famosos personajes pero, sobre todo, por sus más arraigadas tradiciones, que permanecen a la fecha, incluso en las grandes ciudades del país.

Desfilaron nopales verdes, blancos y rojos -con todo y sus tunas-; carritos de camotes -raíz de origen poblano que los mexicanos comen cocida y endulzada con piloncillo-; un enorme trenecito de madera que emulaba los juguetes típicos de los niños, acompañado de un también gigantesco trompo y varios triciclos de pan más altos que cualquiera de los asistentes, con sus canastas llenas de bolillos, parecidos a los de los vendedores que, cada noche, recorren las calles de la ciudad gritando "¡El pan!".

Revolucionarios, indígenas, españoles, bailarines y otros representantes de la cultura mexicana caminaron 2.7 kilómetros hasta la Glorieta del Caballito, el cruce de Reforma conocido con ese nombre por la enorme escultura de un caballo amarillo, creada por el artista Sebastián.

Nueve momentos de historia

El primer segmento, Independencia, incluía un carro que transportaba a un actor vestido de Miguel Hidalgo, el llamado Padre de la Patria; el sacerdote que en 1810 dio el grito con el que México comenzó un proceso que culminó en 1821 con su independencia de España.

Le siguió el segmento Insurgencia y Revolución, encabezado por títeres gigantes que emulaban a quienes han combatido en las guerras nacionales.

El tercero, Suave patria -titulado así en honor del poema de Ramón López Velarde-, mostraba aspectos de la vida cotidiana, como los juguetes típicos de México y los carritos que venden pan en las calles.

Prehispánico y Colonia y Barroco revivieron las culturas indígenas del país y la época del dominio español, que se extendió de los siglos XVI a XIX.

El segmento Héroes y Mitos repasó algunas de las figuras reales y ficticias que mayor peso han tenido en el imaginario mexicano, desde el dios mexica Quetzalcóatl -la serpiente emplumada- hasta el presidente Lázaro Cárdenas, quien en 1938 estatizó la industria petrolera, una de las principales fuentes de ingreso de la nación.

Los bloques La Gran Nación Mexicana y Cultura Popular recordaron a los habitantes y sus oficios -médicos, barrenderos, maestros-, así como algunos de los ritmos que los han puesto a bailar: son, mambo, cha cha chá, bolero, danzón y cumbia.

El último, Celebración de Muertos, reprodujo los símbolos con los que México representa a la muerte, como el esqueleto conocido como Catrina;  los cuales habrán hecho escribir al difunto Octavio Paz, Premio Nobel de Literatura 1990, que la muerte "está presente en nuestras fiestas, en nuestros juegos, en nuestros pensamientos. Morir y matar son ideas que pocas veces nos abandonan. La muerte nos seduce".

Al llegar a la Glorieta del Caballito, continuaban los gritos de "¡Viva México!"

Y mientras, en el Zócalo, la gente se preparaba para el momento cumbre de la fiesta: el Grito que recuerda el inicio de la lucha por la independencia.

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