Mancera, ante el reto de gobernar el DF con una Asamblea de oposición
Después de tres años en los que contó con apoyo mayoritario en la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF), en la segunda mitad de su mandato el jefe de gobierno capitalino, Miguel Ángel Mancera, tiene el reto de trabajar con la oposición en ese órgano, donde deben aprobarse temas claves como el presupuesto anual de la ciudad y cualquier reforma legal.
En la Legislatura saliente, Mancera tuvo a su favor que la fuerza política que lo postuló en 2012, el izquierdista Partido de la Revolución Democrática (PRD) —en el cual no milita formalmente—, contaba con la mayoría simple, 34 de 66 diputados, lo que le permitía aprobar medidas prácticamente en solitario.
Sin embargo, ese equilibrio de fuerzas cambiará con la Legislatura que asumirá funciones el 17 de septiembre, electa en los comicios del pasado 7 de junio, pues la bancada mayoritaria será la del nuevo partido de izquierda Morena, que se perfila para tener 22 integrantes por 19 del PRD .
De los demás partidos, se prevé que Acción Nacional (PAN) tenga 10 diputados, el Revolucionario Institucional (PRI) siete y el resto entre uno y dos. Esta distribución se basa en las proyecciones del instituto electoral local (IEDF) y aún puede variar según las impugnaciones que están pendientes en los tribunales.
Este reparto obliga a Mancera a negociar con la oposición, ya sea con Morena o con el bloque encabezado por el PAN y el PRI, señalan políticos y analistas.
"Hasta antes de estas elecciones teníamos un gran poder de decisión en manos de un solo partido y del jefe de gobierno. Esta situación se modifica, ya no se tiene la mayoría absoluta de la Asamblea y el jefe de gobierno pierde la capacidad de poder gobernar a su gusto y placer", dijo en entrevista Ricardo Magaña, académico de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
El senador Alejandro Encinas, miembro de la bancada del PRD aunque ya renunció a su militancia en el partido del sol azteca, apuntó en el mismo sentido.
Para el legislador federal, quien fue secretario de Gobierno del DF con Andrés Manuel López Obrador y luego tomó su lugar cuando éste se lanzó a competir en las elecciones presidenciales de 2006, Mancera necesita una actitud conciliadora y buscar acuerdos sobre cuáles serán las prioridades de la capital para los próximos tres años.
"Se requiere un acuerdo explícito del jefe de gobierno con la nueva mayoría y con los nuevos delegados, sobre el perfil y la orientación que va a seguir la Ciudad de México", dijo en entrevista.
Sin embargo, advirtió que existen factores que pueden dificultar los acuerdos, como el hecho de que el secretario de Gobierno de Mancera, Héctor Serrano, ha sido criticado por partidos como Morena y el PAN, quienes lo acusan de haber operado para favorecer a los candidatos perredistas en la pasada contienda.
Tras esas críticas, Mancera anunció a principios de julio que pidió la renuncia a todo su gabinete , con la finalidad de evaluar el desempeño de sus colaboradores y posiblemente hacer cambios o enroques. Según el jefe de gobierno, las primeras dependencias en las que podría hacer movimientos son Seguridad Pública, Justicia y, precisamente, la Secretaría de Gobierno.
Otros legisladores creen que Mancera no tendrá tantas dificultades para construir acuerdos, en especial con Morena, dado que ambos son partidos de izquierda cuyos proyectos pueden coincidir.
"El reto que tenemos es reafirmar un gobierno libertario y refrendar eso a la ciudadanía. Ojalá que el primer acuerdo sea con fuerzas de izquierda", djo la senadora perredista Alejandra Barrales, quien en 2012 compitió con Mancera por la candidatura del PRD al gobierno capitalino.
El desafió de conciliar llegará para Mancera, además, luego de que éste hiciera públicas sus aspiraciones presidenciales hacia las elecciones de 2018 , un anuncio que ha dividido opiniones incluso dentro del PRD.
La senadora Dolores Padierna Luna, una de las perredistas que consideraron prematuro el destape, asegura que el jefe de gobierno debería concentrarse primero en las responsabilidades que tiene en la capital.
"Yo creo que en el primer trienio no se hicieron bien las cosas, pero hay tres años más para remontar y hacer bien lo que no se hizo", dijo la legisladora.